En principio se esperaba que este martes se retomaran las conversaciones y que el miércoles incluso lo aprobaran los respectivos consejos de administración, pero algunos importantes flecos de las negociaciones-habitual en estos casos- podría demorar hasta el próximo viernes que ambas partes puedan sentarse a la mesa. Aunque todo esto podría cambiar en un segundo si llegan a un acuerdo en los asuntos más espinosos.
Que en estos casos el más grande se suele comer- incluso de nombre-al más pequeño, es un hecho comprobado. Miren al Santander con nombre único y varias entidades que han quedado, tras su fusión, por el camino : Central, Hispano o el más reciente el Popular. Pero aquí, las negociaciones han topado con un hueso duro de roer. El Estado. Y éste quiere tener un 30% de la entidad resultante. Desde Caixabank parece que no están por la labor y quieren reducir en lo posible ese porcentaje, hasta incluso la mitad, el 15%.
La futura estructura de poder, otra razón del conflicto
Ahí la valoración final es fundamental y veremos como queda. Otra de las razones del conflicto es la futura estructura de poder. En lo más alto de la cúpula parece claro que será José Ignacio Goirigolzarri quien se siente en la presidencia y Gonzalo Gortazar el primer directivo de la entidad resultante. Pero ahí el equilibrio de poder pasa por las funciones presidenciales, que el hasta ahora presidente de Bankia quiere mantener mientras el CEO de CaixaBank considera que la entidad más grande debe llevar el control del día a día del nuevo banco.
Muchas cosas por determinar por tanto todavía, en unos movimientos habituales, pero parece que al final tendrán que terminar por llegar a un acuerdo, ante la envergadura del anuncio de fusión y la necesidad de realizarlo a instancias del BCE, una vez filtradas las conversaciones. Una ruptura, al menos sobre el papel, no está ni de lejos sobre la mesa.
Hay otros temas espinosos como el coste- no económico, capítulo que parece estar solucionado,sino político- de los despidos previstos en la fusión y la configuración de un Consejo de Administración a mitad de camino entre el espíritu de ambos: más accionarial en el caso de CaixaBank o más independiente en el caso de Bankia.
Sea como fuere ¿Consideran que las divergencias entre CaixaBank y Bankia pueden fracasar de cara a la fusión? O bien ¿Creen que se trata solo del habitual tira y afloja del final de las negociaciones para ganar terreno en el caso de una u otra entidad y que acabarán llegando a un acuerdo ?
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