Según comentó el presidente del TC, Andreas Voßkuhle, al difundir la sentencia, con este programa el BCE rebasó sus competencias, aunque la Corte no se pronuncia sobre la proporcionalidad de esa estrategia para subir la inflación y obliga a que se justifique a posteriori su idoneidad, recoge la Agencia EFE.
Deja además un margen para que el Bundesbank alemán pueda seguir participando en el programa de compra de bonos, si el consejo del BCE aprueba, en un plazo de tres meses, una resolución en que la que explique que el programa de compra de bonos es adecuado y proporcional. Durante ese plazo el Bundesbank podrá seguir participando en el programa.
El economista-jefe del Commerzbank, Jörg Krämer, dijo que al BCE le resultará fácil defender las medidas gracias a los muchos especialistas de los que dispone con lo que "el programa de compra de bonos continuará su curso".
Otros analistas, en cambio, son más escépticos y así, por ejemplo, Holger Schmieding, del Berenberg Bank, considera que al BCE le resultará difícil ampliar el actual programa relacionado con la crisis del coronavirus, llamado PEPP, aunque éste no esté directamente afectado por la sentencia.
Otro aspecto de la sentencia es que el TC toma, por primera vez, una postura abiertamente contraria a una decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, que había sentenciado en 2018 que el programa de compra de bonos estaba claramente dentro del mandato del BCE.
El TC alemán señala en su resolución que el BCE no consideró en su decisión los efectos secundarios que tiene en política económica la herramienta de la compra de bonos ni si se justifica asumir estos efectos para lograr la meta monetaria que se persigue.
La sentencia señala que hay efectos económicos secundarios del programa como los perjuicios que sufren ahorradores por los bajos intereses o la supervivencia artificial que logran empresas que normalmente no podrían sobrevivir en los mercados gracias a las buenas condiciones de crédito.
El TC sostiene que el BCE había debido considerar si esos efectos secundarios, y otros muchos, se justificaban para alcanzar la meta de inflación, ligeramente por debajo del 2%, y presentar esas consideraciones en una decisión del consejo, lo que ahora se reclama para que el Bundesbank pueda seguir formando parte del programa.
Además, según el TC, el Gobierno alemán y el Bundestag tenían que haber pedido al consejo del BCE que examinara si el programa de compra de bonos era una medida adecuada y proporcional y que diera explicaciones al respecto.
Por otra parte, el TC rechazó la parte de la demanda que consideraba que con el programa de compra de bonos se violaba la prohibición de que el BCE financie a los estados miembros de la UE.
A partir de marzo de 2015 el BCE compró bonos de deuda soberana por valor de 2,6 billones de euros. En la actual crisis del coronavirus, el BCE ha ampliado el programa de compra de bonos, pero esto último, según Voßkuhle, no resulta afectado por la sentencia, que se tomó por mayoría, por 7 votos contra 1.
Voßkuhle admitió que la sentencia puede tener un alcance más allá del ámbito alemán e "irritar", puesto que va en contra de una decisión anterior del Tribunal de Justicia Europeo (TJUE). Aludía así a la decisión de esa institución comunitaria de diciembre de 2018, cuando sentenció que el programa de compra de bonos soberanos en los mercados secundarios del Banco Central Europeo no vulnera el Derecho comunitario.
El TC, en su sentencia, dice que las competencias del TJUE terminan allí "donde no puede entenderse que se trata de una interpretación de los tratados" con lo que las decisiones de convierten en "objetivamente arbitrarias".
El BCE se reúne de urgencia este martes
El Consejo de Gobierno del BCE lanzó un comunicado este martes en el que apunta que "toma nota de la sentencia de hoy del Tribunal Constitucional Federal de Alemania", al tiempo que recuerda la sentencia del TJUE de 2018.
"El Consejo de Gobierno sigue plenamente comprometido a hacer todo lo necesario dentro de su mandato para garantizar que la inflación se eleve a niveles consistentes con su objetivo a mediano plazo y que las medidas de política monetaria adoptadas para alcanzar el objetivo de mantener la estabilidad de precios a toda la economía y a todas las jurisdicciones de la zona euro", indica.
El BCE puso en marcha en marzo un nuevo programa de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP) que tiene una dotación global de 750.000 millones, para facilitar la postura general de la política monetaria y contrarrestar los graves riesgos de la pandemia del Covid19 en la eurozona. Al tiempo que sigue con las compras bajo el programa de compra de activos (APP) a un ritmo mensual de 20.000 millones de euros.