Frente a indicadores clásicos de rentabilidad de una compañía, como el ROE (beneficio sobre fondos propios) o el ROA (beneficio sobre activos totales), en los últimos años los analistas financieros han empezado a utilizar una nueva ratio: el ROTE (Return on Tangible Equity), que resulta de dividir el beneficio neto total entre el capital tangible. La diferencia frente al ROE estriba, precisamente, en restar del total de los recursos propios el capital intangible que proviene, principalmente, de:
- El fondo de comercio, que se genera tras una operación de compra o una fusión y que representa la diferencia entre el precio pagado por una empresa y su patrimonio neto. Incluye, entre otras cosas, el valor de la marca, la experiencia, la reputación, la cartera de clientes… Todos ellos elementos que pueden generar un valor añadido a la compañía.
- Los bonos convertibles, títulos de renta fija que emite una compañía con la premisa de que a futuro podrán convertirse en acciones.
- Y las acciones preferentes que, frente a las acciones ordinarias, tienen prioridad para cobrar dividendo o para recibir el capital invertido en el caso de liquidación de una compañía, pero tienen en su contra que son perpetuas -no tienen vencimiento- y su rentabilidad no está garantizada.
Aunque existen diferentes opiniones de cuál de estos indicadores refleja mejor la gestión que hace una compañía de sus recursos para obtener beneficios, la realidad es que en todos los casos se trata de fórmulas matemáticas que nos indican cómo va la empresa.
La importancia del ROTE para Banco Santander
Hace un mes, Banco Santander anunciaba ante inversores y analistas en Londres (el conocido como Investor Day) su estrategia de crecimiento a medio plazo y destacaba su ambicioso objetivo de elevar el ROTE ordinario del grupo hasta el 13-15% -frente al 11,7% al cierre de 2018-, fijando además metas concretas por países.
Así, el grupo Santander en Latinoamérica espera “un crecimiento alto y sostenible”, a doble dígito, que permitirá elevar la rentabilidad en la región hasta el 20-22%, desde el 19% del último año. También en EEUU, Banco Santander “está centrado en acelerar crecimiento y retorno sostenibles mejorando la rentabilidad, apoyados en mejoras operativas” y el ROTE a medio plazo aumentará desde el 8% actual hasta la banda del 11-13%.
En el caso de Europa, “el principal objetivo de Santander es ofrecer la mejor experiencia de cliente con la mayor eficiencia posible, aumentar la cuota en todos los mercados incrementando la base de clientes vinculados y digitales, y seguir siendo uno de los tres principales bancos en satisfacción de cliente, con un incremento del ROTE hasta el 12-14% desde el 11% de 2018”.
En la imagen, José Antonio Ávarez (consejero delegado), Ana Botín (presidenta) y José García Cantera (director financiero), durante el Investor Day celebrado el pasado mes de abril en Londres.
“Hemos hecho grandes progresos en los últimos tres años, lo que nos ha permitido aumentar el retorno sobre el capital tangible hasta ser uno de los mejores del sector”, señaló Ana Botín, presidenta de Banco Santander, durante su intervención en este encuentro. De hecho, durante el plan estratégico 2015-1018 de Santander, el ROTE de la entidad se elevó desde el 10% hasta el 11,7%.
Para cumplir sus planes futuros, Santander cuenta con varias palancas de crecimiento. Una de ellas es Latinoamérica que, en palabras de Botín, “nos da una oportunidad única de crecimiento estructural”. El banco espera que la región, que ahora representa un 48% de los beneficios de Santander, aumente su peso. Sólo Brasil, uno de los principales baluartes, supone el 26%. Además, cuenta con 66,9 millones de clientes -el 45% del total del grupo-, de los que 17,8 millones son digitales, y un equipo de 88.500 empleados. El aumento de la rentabilidad en EEUU, el control de costes y las mejoras de la eficiencia especialmente en Europa y, en general, el crecimiento de los ingresos serán también clave en la estrategia futura del grupo.