"Indra continuará con la ejecución de su Plan Estratégico y seguirá explorando las oportunidades de inversión que se le presenten y tengan encaje en dicho plan", apunta la empresa en un comunicado.
Los inversores premian de esta manera que la compañía que lidera Fernando Abril-Martorell haya cancelado una operación que suponía un crédito de 1.000 millones de euros, para posteriormente realizar una ampliación de capital por importe de entre 400 y 500 millones para refinanciar la transacción.
Indra iba a comprar entre el 70% y el 75% de las acciones de ITP Aero, con el objetivo de crear un gigante europeo de la Defensa que pueda competir por proyectos como el nuevo caza que impulsan los países del Viejo Continente (Future Combat Air System, FCAS), un programa valorado en 200.000 millones de euros. Cabe recordar que el Estado es el máximo accionista de Indra a través de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) con un 18,7% de las acciones.
El mercado ha castigado a Indra duramente desde que anunciase la operación el 14 de junio por la dilución que se produciría con la ampliación de capital y la posibilidad de que la solvencia financiera de la compañía empeorase. Desde el 14 de junio hasta la sesión de hoy Indra se había dejado un 19% en el Ibex 35.
Indra no cuenta ahora mismo con rating de ninguna agencia de calificación. La deuda neta de Indra alcanza los 592 millones, a cierre del primer trimestre de 2019, frente a 602 millones de los tres primeros meses de 2018 y los 483 millones contabilizados al cierre del pasado ejercicio. La ratio de deuda neta/ebitda se situó en 1,9 veces a cierre de marzo, frente a las 2,3 veces en el primer trimestre de 2018 y frente a 1,6 veces en 2018.