Duro Felguera sigue contando con el apoyo de los accionistas. Tanto es así que continúa siendo uno de los 20 valores que crecen por encima del 20% en su cotización en un año tan difícil como este en el Mercado Continuo español. Pero lo cierto es que ese respaldo se ha visto muy mermado en el último mes ante los acontecimientos internos de la empresa que ponen en tela de juicio una solución, tanto rápida como sencilla, para su viabilidad futura.
La crítica situación financiera sigue pesando mucho sobre el valor. La compañía todavía está a la espera de que la SEPI, la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales, ponga negro sobre blanco sobre la petición de rescate público. Recuerden, se trata de esa solicitud de 100 millones de euros del Fondo diseñado por Moncloa para ayudar a las empresas más azotadas por la pandemia que se reparten con 70 millones de un préstamo participativo y 30 millones más para consolidar la entrada del Estado en su capital, que rondaría el 40%.
De momento la petición está en curso y analizándose, aunque la empresa necesita ese dinero a muy corto plazo para garantizar su viabilidad. De ahí que le esté costando mucho mantener el tono bursátil. En las últimas 20 sesiones el valor pierde un 14,1 % en su precio a pesar de la buena dinámica acumulada en lo que llevamos de año con avances que rozan el 30%.
Según nuestros indicadores premium, Duro Felguera presenta una nota de 8 puntos sobre 10 posibles, con tendencia a medio y largo plazo alcista, momento lento y rápido positivo y volumen a largo plazo creciente. El resto, en negativo, con volumen a medio plazo decreciente y rango de amplitud, la volatilidad del valor, tanto a medio como a largo plazo que se muestra creciente.
Pero es que además, la entrada en el capital del Estado es otra de las condiciones que ponen los inversores que se han interesado por entrar en su capital. Es el caso de Blas Herrero que además descarta su presencia si no es con una participación accionarial significativa y asegurando la salida del actual consejero delegado de la compañía, José María Orihuela.
Todo esto viene acompañado de lo que piden los bancos acreedores ( BBVA, Sabadell, Santander, CaixaBank, Bankia, Liberbank y el Banco Cooperativo Español) que es un plan industrial y cambios en el equipo de dirección de la compañía. La deuda financiera de Duro Felguera alcanza los 95 millones. Orihuela ha escrito una carta – sin respuesta- a las entidades en la que pide una quita del 85% del endeudamiento.
Y esa es la situación mientras la empresa acaba de presentar resultados hasta junio constatando la pérdida de 114 millones de euros en el primer semestre debido, principalmente, al impacto de la pandemia en sus cuentas con provisiones que rozan los 101 millones de euros. Se trata de sobrecostes de aumento de plazos en algunos de sus proyectos o deterioros de valoración inmobiliarios generados por el coronavirus, entre otros. Sus ventas caen casi un 60% hasta los 71,7 millones aunque la contratación, de 52,4 millones es muy similar a la del mismo periodo del año anterior, pero se mueve por debajo de las previsiones.