Hay dos valores que destacan por ese avance interanual que presentan en su cotización. Se trata de Tubos Reunidos y de Urbas, con una trayectoria muy diferente, pero que en ambos casos, han conseguido superar barreras y hacerse con la confianza de los inversores. Sepamos cuáles son las razones.
Pasto de la especulación
Se trata de un pequeño valor con apenas 74 millones de capitalización bursátil que viene ganando posiciones desde el pasado año, a pesar de su delicada situación económica, agravada como ocurre en el caso de la industria, por el efecto pandemia. El pasado año cerraba el año ligeramente en positivo con subidas que rozaban el 7% anual. Y lo hacía, una vez que en octubre y en una sola sesión lograba ganar nada menos que un 118%.
Mucha especulación y en cuanto a certezas, sus problemas económicos, que siguen más que presentes, con EREs y ERTEs en sus fábricas del norte de España. Fue además, en el mes de febrero, la primera empresa vasca en pedir rescate público, de las ayudas de la SEPI por valor de 115 millones de euros, tras cerrar el pasado año con pérdidas superiores a los 100 millones. De momento, nada se sabe de la decisión de Moncloa sobre la ayuda solicitada, que como saben, debe aprobarse, tras cumplir una serie de condiciones, en Consejo de Ministros.
Pero esto nunca ha sido razón poderosa para privar al valor del calor de los inversores. De hecho, ahora mismo, es el segundo mejor valor del Continuo, y fue el primero hasta el mes de abril, cuando le desbancó Libertas 7. En lo que va de ejercicio Tubos Reunidos sube la friolera de un 108% y gana más de un 220% en su último año, medio en términos interanuales desde mayo pasado cuando cotizaba en los 0,1320 euros por acción. Todo ello a pesar de haber perdido tracción y más de un 8% consecutivo en las últimas seis sesiones en el mercado.
Urbas se reinventa ante la adversidad
Estamos ante un valor que, literalmente, está viviendo de las rentas. En el presente ejercicio apenas avanza un 4% en el ejercicio, casi lo mismo que está perdiendo en el último mes. Pero si algo caracteriza a Urbas, al menos en el último año bursátil y un poco más, es su camaleónica capacidad para reinventarse ante la adversidad.
También hablamos, como en el caso de Tubos Reunidos de un “penny stock” con capitalización incluso inferior, de 71 millones de euros, pero que ha hecho de los cambios un carrerón bursátil. Recuerden que hablamos de una constructora y promotora, que sobre el papel debería haber pasado un 2020 de calvario. Pues no. En el pasado ejercicio, que tanto afectó a su sector, Urbas ganó un 145% y son esos réditos, cosechados básicamente en la segunda mitad del año, de los que disfruta ahora en su precio en el mercado. No ha perdido ese avance, que se mantiene desde los 0,0061 euros que marcaba en su cotización hace ahora un año, De ahí que se revalorice un 200% en ese periodo, el del último ejercicio ineranual.
Para resumir, para aquel que no esté familiarizado con el valor, Urbas compró la constructora vasca Murias de marzo de 2020 y está le sirvió de soporte para entrar en el mundo minero con la adquisición, en septiembre de ese año, de una mina de feldespato en Galicia, un material escaso en España que se importa de Turquía por ejemplo para hacer azulejos que desató la especulación en alto grado de los inversores sobre el valor. Y antes de terminar el pasado ejercicio volvió a un intercambio accionarial con un grupo qatarí Alfía y a la compra de una participación de control de una constructora alicantina de la que formaba parte ese grupo, Ecisa.
En el presente ejercicio, la diversificación es geográfica con mirada a promociones y construcciones en Cuba y en los Emiratos Árabes Unidos, pendientes de adjudicación, aunque su última operación es la entrada en el mundo renovable con la compra de una empresa madrileña de autoconsumo fotovoltaico, Sainsol, con la que además desarrollará proyectos en los que trabaje como promotora y constructora.