El próximo viernes, 5 de julio, los accionistas de BBVA tendrán la decisión en sus manos sobre la Oferta Pública de Adquisición (OPA) de carácter hostil que el banco planea lanzar para adquirir Banco Sabadell. La junta extraordinaria de accionistas, convocada por BBVA a finales de mayo, se llevará a cabo en el Palacio Euskalduna de Bilbao. En esta reunión, se someterá a votación la aprobación de la ampliación de capital necesaria para llevar a cabo el canje de acciones para la OPA.

La ampliación de capital propuesta por BBVA alcanzará un importe nominal máximo de 551,9 millones de euros. Esta se realizará a través de aportaciones no dinerarias, mediante la emisión de hasta 1.126 millones de acciones de 0,49 euros de valor nominal cada una, con los mismos derechos y obligaciones que las acciones de BBVA en circulación. El monto final de la ampliación dependerá de las aceptaciones de los accionistas de Sabadell y no requerirá desembolso por parte de los accionistas de BBVA.

Las nuevas acciones serán dirigidas exclusivamente a los accionistas de Sabadell que participen en la OPA. La emisión se realizará en función de las aceptaciones recibidas y del ejercicio de los derechos de compra y venta forzosa resultantes de la operación. Además, se determinará una prima de emisión en función de la valoración de las acciones de Sabadell aportadas.

Las firmas ISS y Glass Lewis, importantes asesores de inversores institucionales, han recomendado votar a favor de la operación. Sin embargo, han expresado cierta inquietud sobre algunos aspectos, especialmente en lo que respecta a la fusión posterior a la OPA.

Propuesta de Intercambio y Beneficios para los Accionistas

BBVA ha propuesto el intercambio de una acción de BBVA por 4,83 acciones de Banco Sabadell. Esta operación ofrecería a los accionistas de Sabadell una participación del 16% en BBVA, junto con una prima sobre el valor de cierre de ambas entidades antes de la fusión. El presidente de BBVA, Carlos Torres Vila, destaca que la unión generará valor y competitividad.

BBVA asegura que la fusión traerá beneficios significativos para los accionistas, con un impacto positivo en el beneficio por acción desde el primer año. Se prevé una mejora del 3,5% una vez se materialicen los ahorros asociados a la fusión, estimados en un período de tres años. Además, se espera un aumento en el valor en libros tangible por acción y un retorno de la inversión cercano al 20% para 2026.

BBVA se compromete a mantener su política de remuneración al accionista y a distribuir cualquier exceso de capital. La operación está sujeta a la aceptación de la oferta por parte de los accionistas de Sabadell, autorizaciones regulatorias y aprobación del aumento de capital en la junta extraordinaria.

Además de los accionistas, BBVA destaca que la operación beneficiará a otros grupos de interés. Los clientes tendrán acceso a una propuesta de valor única, los empleados a nuevas oportunidades profesionales y se espera una mayor financiación para empresas y familias, lo que contribuirá al progreso económico y social.

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