Según ha informado hoy Bankia, de aprobarse esta propuesta, el dividendo quedaría fijado en 11,024 céntimos por acción, equivalentes a los 2,756 céntimos por acción de antes del contrasplit realizado en junio de 2017.
De esta forma, el banco mantendría su dividendo por acción respecto al distribuido el año pasado, aunque la cuantía total abonada es superior debido al incremento del número de acciones tras la ampliación realizada para la integración de BMN.
El abono de esta retribución se hará, al igual que en los tres últimos años, en efectivo y en un único pago, que está previsto se efectúe el próximo abril.
Será el cuarto dividendo en la historia de Bankia. Desde que en julio de 2015 Bankia abonó su primera retribución al accionista, el pago acumulado alcanzará los 1.160 millones de euros.
Tras la operación de fusión entre Bankia y BMN, el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), directa e indirectamente, a través de BFA Tenedora de Acciones, pasó a contar con una participación del 60,933% en la entidad resultante.
De mantenerse esa participación en la fecha del pago del dividendo, Bankia retornaría a los contribuyentes 207 millones de euros adicionales. De este modo, la distribución del dividendo permite continuar avanzando en la devolución de las ayudas recibidas por la entidad.
Con la privatización de un 7,5% del capital de Bankia efectuada en febrero de 2014, que aportó 1.304 millones de euros; la llevada a cabo en diciembre pasado con la venta de otro 7%, que supuso 818 millones de ingresos adicionales para el FROB, y los cuatro dividendos pagados, el Estado habrá recuperado ya un total de 2.863 millones de euros.