Banco Santander rompía su propia baraja de caídas y recorrido bajista definitivamente con el anuncio de la recompra de acciones. Un hecho que le ha sentado más que bien al valor en el mercado. Aunque no todo es positivo. Los analistas, como ahora veremos recomiendan prudencia ante el valor, que sigue siendo el más rezagado en el sector financiero, aunque ha llegado al equilibrio, borrando las pérdidas que había acumulado en los últimos meses.
Todo a cuenta de la recompra de acciones que sigue a buen ritmo. Tal y como ha comunicado la entidad a la CNMV, ya ha implementado, desde el comienzo de mes, el 20% de su programa, con apenas 10 días de vida activa, mientras ha adquirido 68,82 millones de acciones, por las que ha pagado casi 192 millones de euros.
En cuanto a recomendaciones, desde RBC vemos que la entidad canadiense no puesta directamente por el valor, con un precio objetivo de 3,10 euros y calificación de neutral sobre la entidad cántabra. Ya desde Kepler reducen su precio hasta los 3,96 euros, pero con recomendación de compra.
Mejora la percepción del valor en el caso de Citi, que también califica de compra el banco que preside Ana Botín, pero coloca su precio objetivo al nivel de los 3,70 euros por acción, con una mirada positiva sobre Brasil y la mejora de sus beneficios en 2023 mientras destaca la importancia de su diversificación geográfica.
Y desde Kepler Cheuvreaux, destacan que Banco Santander sigue siendo una compra en el mercado, aunque recortan su potencial recorrido hasta los 3,96 euros por acción, que le otorgan como nuevo precio objetivo, frente a los 4,15 anteriores. Eso le deja un posible margen alcista del 40% desde su cierre de ayer.
La última llegaba ayer mismo desde el último informe de los bancos europeos de JPMorgan. Su analista, Sofie Peterzens deja en neutral la recomendación, pero eleva hasta los 3,60 euros desde los 3,50 anteriores su precio objetivo.
En su gráfica de cotización vemos que el valor rompe, con esa mejora de calificación en un día de escaso volumen las caídas de tres sesiones consecutivas, marcando equilibrio anual en el mercado y con recuperación del 6,21% en las últimas 20 sesiones cotizadas.
Para el analista independiente Antonio Espín, en el caso de Santander “se coloca un poco más atrás que el resto, pero no veo, como en el caso de BBVA mucho recorrido, aunque no tienen mal gráfico. Hay cierto ánimo de que la subida de tipos va a mejorar los márgenes”.
Y destaca además “pero tenemos aumento de morosidad, quiebras que se van a producir…así intento prever una futura debilidad en la que piensa el mercado sobre el sector bancario. ¿Qué hay que hacer? Mirar el gráfico. Y vemos una primera rotura de la resistencia de 2,68-2,70 euros. Lo más probable es que continúe al alza a corto plazo, pero sin duda, pero está mucho más débil que el resto del sector”.
Desde el análisis técnico, el experto en mercados financieros de Estrategias de Inversión José Antonio González destaca que Banco Santander “logra confirmar el movimiento throwback a anteriores resistencias decrecientes, ahora convertidas en soportes, gracias a la superación de los 2,7161€ por acción. De este modo, la cotización actualiza próximos objetivos alcistas rumbo a los 3,0105€, escenario que no se verá comprometido mientras no perfore el último mínimo creciente que nos deja el rebote de las últimas semanas, mínimo proyectado a partir de los 2,5015€ por acción”.
Banco Santander en gráfico semanal (Izq.) y diario (Dcha.) con Rango de amplitud medio en porcentaje, oscilador MACD y volumen de contratación
Además, mejora, según los indicadores técnicos que elabora Estrategias de Inversión hasta dos puntos, en modo consolidación, con una puntuación total que alcanza los 6,5 de los 10 posibles a los que puede aspirar el valor. Así, destaca en negativo sobre todo la tendencia bajista a largo plazo y también su volatilidad a largo, de nuevo, que se muestra creciente a medio y largo plazo.
En el otro lado confluye la tendencia alcista que muestra el valor a medio y largo plazo, con momento total, tanto lento como rápido que es positivo para el valor, volumen de negocio creciente a medio y largo plazo, y volatilidad o rango de amplitud que se mueve decreciente y a la baja a largo plazo.