Abengoa se mantiene sin una solución definitiva y con todos los problemas por solventar casi cuatro meses después de que se declarara en concurso voluntario de acreedores. De momento lo primero sobre la mesa es demorar quebraderos de cabeza.
El primero, que acaba de aplazar los vencimientos de los instrumentos financieros de su deuda. Pago a proveedores, que tal y como ha comunicado a la Comisión Nacional del Mercado de Valores se aplaza hasta el 30 de junio, una vez que ya planteara, a comienzos de mayor una demora hasta el 21 de ese mes. Cuenta con el visto bueno de la mayoría de sus acreedores.
El segundo, la presentación de sus cuentas. También ha solicitado demorar sus resultados de 2020, que tendría que presentar como fecha límite el próximo 26 de agosto. Su Consejo ya había solicitado extender ese plazo al administrador concursal de la compañía.
De momento, cada vez son menos las opciones que tiene encima de la mesa. A mediados de mayo, los hermanos Amodio, que controlan OHL retiraban su oferta sobre Abenewco 1, la filial operativa y valiosa de Abengoa. Consideraban que había que reformular la oferta a cuenta de los resultados obtenidos en la apertura de libros, la due diligence y por otro factor: las condiciones impuestas por los administradores actuales de la compañía y los acreedores de la empresa.
En concreto esa oferta se realizaba a través de su matriz, Caabsa con EPI Holing/Ultramar Energy y la sindicatura de los accionistas minoritarios Abengoashares, que se opone al Consejo actual. De hecho, veían muchos riesgos financieros en la operación. Ahora desde los accionistas minoritarios, liderados por Clemente Fernández, se busca un nuevo socio que pueda sustituir a Caabsa, para contrarrestar la oferta del fondo TerraMar. De momento vuelven a pedir la celebración de una Junta Extraordinaria para relevar al consejo actual. Y espera a la llegada a la presidencia para lanzar, junto con Ultramar, una oferta alternativa.
Ahora el Consejo sigue consideran la oferta del fondo estadounidense para hacerse con el 70% de Abenewco1. Pero ya saben que su consecución depende de muchos factores, entre otros de la banca acreedora para llevar a efecto la refinanciación de la compañía, pero también del rescate de la SEPI por valor de 249 millones de euros. Una oferta, que además todos consideran que será modificada cuando se negocie con los interlocutores implicados en la renegociación, en la que también entrarían en juego el ICO y el CESCE.
Lo último es esa petición para celebrar la Junta de Accionistas de hace dos años, que se debe decidir en breve, y en la que, de nuevo, Abengoashares quiere hacerse con la presidencia para Clemente Fernández, tras salir victoriosos en las dos juntas extraordinarias que se han celebrado, la última el pasado año. De cualquier forma, el Consejo señala que ahora no es el momento para celebrar una posible Junta, de carácter extraordinario, antes de que acabe junio.