Esta semana está siendo clave para el futuro de Abengoa A. Desde los registros de miembros de la UCO en la sede central de la compañía a la reunión orquestada por el Consejo para sentarse con los hermanos Amodio y AbengoaShares y conocer su plan de futuro para la empresa en contraposición al del fondo buitre Terramar.
Ahora mismo hay dos propuestas para tratar de salvar la compañía encima de la mesa. La primera, por parte de un fondo californiano Terramar que inyectaría hasta 50 millones de capital y 150 más de la mano de un crédito, con la que podría contar con hasta un 70% de la sociedad, en una operación que requeriría un rescate de la SEPI de 249 millones de euros para salvar la joya del grupo Abenewco1.
En este caso se produciría en tres fases , la primera constaría de 75 millones de euros, 35 a aportar por Terramar y una línea de avales de 40 millones. Todo ello bajo el paraguas del compromiso de financiación por parte del ICO y el Cesce, en especial en avales y un nuevo contrato de reestructuración de la compañía.
La segunda supondría, tras ese acuerdo, de una inyección de 500 millones en avales y liquidez, pero también recapitalizar y establecer quitas, con Abenewco 1 superando a la matriz Abengoa, que se espera tras el concurso que sea liquidada. Una fase que en esa nueva reestructuración incluiría la entrada de Terramar con accionista mayoritario.
Y la tercera en la que el fondo americano pondría buena parte del importe restante comprometido, 115 millones. Tras ello la nueva Abengoa lanzaría una ampliación de capital que suscribiría Terramar para hacerse con el porcentaje de la empresa convenido, el control con el 70% del capital en sus manos. Todo ello finalizaría con la parte del león: la entrada de la SEPI y su rescate de 249 millones de euros y con varios interrogantes tras la llegada pública a su accionariado.
El segundo en cuestión llega de los hermanos Amodio, los empresarios mejicanos que controlan OHL y de la Plataforma de Afectados de Abengoa, AbengoaShares. La idea es que los Amodio a través de Caabsa y con Ultramar, compañía hongkonesa de petróleo y gas aportarían 135 millones de euros de financiación directa a Abenewco1 y unos 50 millones más en avales. Con esta idea se convertirían en socios de referencia y control de la compañía en una colocación privada de acciones, mediante una ampliación de capital.
En la primera fase se produciría una aportación de 35 millones en préstamos garantizados y 15 más en bonos convertibles de forma opcional. De ellos el 50% de estos instrumentos de renta fija serían cubiertos por la Plataforma
Ya en la segunda fase entraría en juego la SEPI con sus 249 millones de rescate, más los avales y las garantías, con una aportación de 100 millones de euros en préstamos y 50 millones para la ampliación con lo que Caabsa Ultramar se haría con el 70% de Abenewco1.
Pero todo ello se ha complicado gravemente con la intervención de la Audiencia Nacional ante la querella que viene de finales de 2016 y admitida al año siguiente por parte de la Plataforma de Afectados de Abengoa por un presunto maquillaje de la contabilidad en sus cuentas desde 2012 o incluso desde antes. Lo que puede complicar y mucho el salvamento de la compañía.
Ello ha hecho que durante la semana se hayan reunido el Consejo de Abengoa y los representantes que llegan de la oferta de los Amodio y la Plataforma para ver la fórmula de encontrar un arreglo y evitar que el paso de los tribunales acabe sin la solución para Abengoanewco1. Desde la banca parece que no termina de convencerles la oferta del fondo buitre norteamericano y algo más la propuesta de Caabsa Ultramar y AbengoaShares.
La idea es que comience pronto la apertura de libros y buscar entre las ofertas una solución para la empresa que no acabe en su disolución. Recordemos que Abengoa sigue suspendida de cotización en bolsa desde el 14 de julio de 2020.