Gescooperativo, la sociedad gestora de inversión colectiva del Grupo Caja Rural,  ha definido en un informe las principales estrategias con fondos de inversión que pueden adoptar los ahorradores para procurarse un colchón financiero suficiente de cara a la futura jubilación. 

“Planificar la jubilación siempre ha sido una tarea fundamental para cualquier ciudadano y, si cabe, aún lo es más en la actualidad, cuando existe un debate sobre la sostenibilidad del sistema público de pensiones en España”, señalan los expertos de la entidad gestora. 

En este contexto, la pregunta que se hacen muchos ciudadanos es: ¿cómo complementar la pensión pública con ahorros privados? Y la respuesta para Gescooperativo es clara: “Los fondos de inversión ofrecen una solución flexible, diversificada y fiscalmente atractiva para quienes buscan construir un complemento financiero para su jubilación”. 

Sin embargo, lo que muestra la realidad es que muchos ciudadanos empiezan a ahorrar tarde para esta etapa de la vida, lo que a futuro redunda en menores recursos disponibles y una mayor vulnerabilidad financiera. De hecho, según datos de Inverco, más de 7,5 millones de españoles tienen suscritos planes de pensiones individuales, y el 43% de ellos tiene entre 45 y 64 años.  

Con el fin de ayudar a los ciudadanos a planificar financieramente el momento de su jubilación, Gescooperativo ha elaborado un informe que recoge algunas claves y estrategias en fondos de inversión para sacar el máximo partido de los ahorros: 

1. Reflexionar sobre las necesidades futuras

Antes de construir un plan financiero, es fundamental reflexionar sobre las necesidades futuras. “La clave es darte cuenta de si necesitas un colchón adicional a tu pensión pública, pues una vez que se toma conciencia de esta realidad, las personas se comprometen más con el objetivo”, explican los expertos de Gescooperativo, quienes recomiendan además realizar un análisis inicial para comprender cuánto es necesario ahorrar para mantener el estilo de vida actual tras la jubilación.

2. Aportaciones constantes y planificadas

Establecer un hábito de ahorro mensual es crucial. En este sentido, es importante destinar una parte fija de los ingresos —idealmente un 10% o más, dependiendo de las posibilidades financieras de cada uno y de cuándo se empiece a ahorrar para invertir en la jubilación. Este enfoque regular permite aprovechar el interés compuesto, especialmente si se empieza temprano. “Por ejemplo, alguien que comienza a invertir a los 30 años necesitará un esfuerzo menor en comparación con quien lo haga a los 50. A favor de los primeros juega el concepto de interés compuesto, capaz de multiplicar el capital inicial con el tiempo y haciendo crecer el ahorro de forma exponencial.

3. Diversificación y hacer ajustes para cada etapa

La selección de los fondos debe adaptarse a la edad y tolerancia al riesgo de cada inversor. De esta manera, cuando se tienen 30 años, lo razonable sería priorizar los fondos de renta variable con enfoque global. “En esta etapa, el tiempo juega a favor del inversor, y se pueden asumir riesgos mayores”, explican los expertos. 

A partir de los 40, considerar una combinación de renta variable y fija podría ser una buena opción. Se trataría de mantener el foco en el crecimiento, si bien habría que empezar ya a moderar el riesgo. 
Y de los 50 en adelante, la estrategia debería consistir en ir reduciendo gradualmente la exposición a la renta variable y aumentar el peso de los activos más conservadores para proteger el capital acumulado.

“Esta estrategia dinámica permite maximizar la rentabilidad en los primeros años y minimizar riesgos a medida que te acercas a la jubilación”, indican desde Gescooperativo. 

4. Fondos vs. planes de pensiones

Aunque ambos productos tienen beneficios, los fondos de inversión destacan por su flexibilidad y liquidez. El suscriptor puede traspasar o rescatar su dinero cuando lo desee, algo que los planes de pensiones no permiten con la misma facilidad. Además, los fondos permiten una diversificación más amplia, tanto por sectores como por área geográficas, ya que disponen de una gama más amplia. 

En cuanto a fiscalidad, los fondos solo tributan por las plusvalías al reembolso, mientras que los planes de pensiones implican tributar por el total rescatado. Si bien las aportaciones a planes de pensiones son deducibles, el límite actual de 1.500 euros anuales los hace menos atractivos para quienes buscan ahorrar grandes sumas.

5. Errores comunes y cómo evitarlos

Entre los errores más comunes en los que incurren los ciudadanos a la hora de planificar financieramente su jubilación, el primero, posiblemente, es comenzar tarde a ahorrar y a invertir. “Cuanto antes empieces, menor será el esfuerzo necesario a realizar”, aseguran los expertos de Gescooperativo. Y señalan también el exceso de conservadurismo del que a veces pecan los inversores, incluso en edades tempranas, lo que les lleva a no invertir o a hacerlo solo en productos muy conservadores o de corto plazo, que no coincide con el horizonte temporal del inversor, y por lo tanto, no maximiza el rendimiento.

Asimismo, la falta de diversificación en sectores o regiones supone concentrar mucho el riesgo, y tampoco debe olvidarse la necesidad de adaptar la estrategia de inversión a medida que se acerque la jubilación.  Otro error común es dejarse llevar por impulsos emocionales; es decir, vender en momentos de pánico o invertir cuando en momentos de optimismo, con los mercados al alza. 
Los expertos señalan además que, cuando se empieza a invertir a una edad temprana, y con aportaciones periódicas, la volatilidad se convierte en un aliado, dado que es en esos escenarios en los que se presentan las oportunidades, al surgir anomalías o precios ineficientes. “Si el inversor mantiene su aportación, puede beneficiarse de entrar en el mercado a mejores precios y maximizar a futuro la rentabilidad”, explican. 

6. Ventajas Fiscales y optimización

Para quienes buscan optimizar su plan, los fondos de inversión ofrecen ventajas fiscales significativas. Por ejemplo, las plusvalías pueden estar exentas si se reinvierten en una renta vitalicia al alcanzar los 65 años. Además, planificar los rescates de forma escalonada puede ayudar a minimizar la carga fiscal.
7. Dejarse aconsejar por un asesor financiero
Poder trasladar a un asesor financiero profesional cuáles son las condiciones financieras actuales y las que se desean a futuro, resulta crucial para diseñar un plan a la medida, que tenga en cuenta las implicaciones fiscales y evite la toma de decisiones con un claro sesgo emocional. Este plan para la jubilación deber ser individual y dinámico.  “Cada inversor tiene necesidades y objetivos distintos, pero las claves son claras: empezar cuanto antes, ser constantes, diversificar y dejarse asesorar por profesionales”, concluyen los expertos de Gescooperativo.