En 2018 hasta cinco empresas debutaron en bolsa con un volumen emitido de 856 millones, en 2017 otras cinco dieron el paso de estrenarse en el mercado con un volumen de 4.888 millones, en 2016 llegaron dos empresas con 1.322 millones, en 2015 fueron hasta seis compañías con 8.345 millones y en 2014 hicieron lo propio hasta cuatro empresas con 5.831 millones.

Desde Bolsas y Mercados Españoles (BME), su consejero delegado Javier Hernani apuntó durante una conferencia en junio que la inestabilidad política paraliza los mercados financieros. El Gobierno de Pedro Sánchez prometió un impuesto a la compraventas de acciones y aunque no se ha llevado a aprobar, la situación política española ha estado condicionada durante buena parte del año por la falta de un Ejecutivo estable. 

Tampoco favorece a las empresas que desean debutar en bolsa el entorno económico que vive Europa de desaceleración, guerra comercial incipiente con EEUU y el Brexit, que sigue todavía pendiente. Además las bolsas tienen cada vez una mayor competencia en el capital riesgo, ya que los procesos de salidas a bolsa son, en general, costosos y complejos a nivel burocrático.

 

 

La ralentización de las ofertas públicas de venta no es sólo una circunstancia propia del mercado español: en septiembre el gigante de las oficinas de ‘coworking’ WeWork canceló indefinidamente su salida a Wall Street y la petrolera saudí Aramco sigue todavía pendiente de debutar en bolsa. En el primer semestre del año el volumen de salidas a bolsa a nivel internacional se redujo un 28%, según datos de la consultora EY.

Este 2019, los debuts se han concentrado en el MAB con el debut de 15 socimis en lo que va de año, aunque este mes de octubre ya se ha emitido un informe favorable a la incorporación de Mistral Iberia Real Estate, y dos empresas emergentes. La comercializadora de electricidad Holaluz debutará también en el mercado privado de BME en noviembre con el objetivo de captar hasta 40 millones de euros. 

Para 2020 se espera que lleguen al mercado continuo algunas compañías que ya han contratado a bancos de inversión para preparar su debut como el gigante mexicano de la restauración Alsea, la panificadora catalana Europastry, Tendam -la antigua Cortefiel-, Ibercaja, Zero-E -la filial renovable de ACS-, Ibercaja, Wizink, Cabify o la productora Mediapro. 

Grenergy sigue los pasos de MásMóvil

“Para una empresa que cotiza en el MAB es mucho más sencillo porque hemos preparado la compañía, el consejo…durante cuatro años, hemos dado un salto importante de tamaño. Salimos a cotizar cuando éramos 25-30 empleados, estamos en camino de ser 150, hemos pasado de facturar 10 millones a 100 millones y creo que todo indica que el siguiente salto natural es al mercado continuo y posiblemente sea antes de final de año”, explica David Ruiz de Andrés, consejero delegado y fundador de Grenergy, en una reciente entrevista de Estrategias de Inversión.

 

 

La renovable vive un momento dulce en bolsa con una revalorización en 2019 del 55,5% y una capitalización de 221 millones de euros, que le convierte en una de las grandes del MAB en el segmento de empresas en expansión. Tras MásMóvil será la segunda empresa que salte del MAB al mercado continuo.

Grenergy está especializada en el desarrollo de plantas solares, la operación y el mantenimientos de estas infraestructuras. La renovable cuenta con presencia en España con 100 MW y una presencia muy destacada en países latinoamericanos en como México, Chile, Perú, Colombia o Argentina que tiene 1.000 MW. En Sudamérica su gran mercado es Chile, con cerca de 130 MW de proyectos solares tanto en fase de construcción como conectados.