Además, dentro del sector financiero, el experto valora este tipo de iniciativas para captar capital pues, “una ampliación de capital sería perjudicial para el inversor que ya ha sufrido mucho”. Eso sí, avisa que “durante este año veremos mucha volatilidad en el sector y hay mejores opciones en el mercado”.

Los vaticinios sobre los tests de stress de las financieras europeas
barajan una caída en bolsa de éstas en torno al 15%. El experto comenta al hilo de esto que “si los tests de stress se hacen como los anteriores, los bancos cotizados podrían hasta subir”. Sea como sea, lo que no descarta es la volatilidad.

La complicada situación que vive Europa “por la integración de economías heterogéneas bajo unas mismas políticas, por ejemplo, en Alemania han hecho las cosas muy bien, ahorrando y trabajando, mientras que aquí se ha especulado para ganar a corto plazo”. “Es normal que el BCE tenga que subir los tipos de interés porque podría haber tensiones inflacionarias por parte de Alemania, sin embargo, en el resto de Europa la economía crece anémicamente y la subida de tipos no beneficia para nada al Continente. No sería la única vez que Trichet tiene que rectificar su decisión y, si sube los tipos de interés, al final tendrá que volverlos a bajar”.

“Las medidas largoplacistas tomadas en la UE hacen que lo pasemos mal a corto plazo, dice Ribes, pero creo que al final la Unión saldrá fortalecida, frente a las medidas cortoplacistas que está tomando EE.UU. y que después tendrá que trasladar a la economía real”. Así pues, “la economía paralela que EE.UU. ha creado con las inyecciones de dinero a los bancos podría entrar en la economía real con la compra de bonos americanos, pues hará que los precios suban y las financieras no puedan rentabilizar la liquidez que tienen en renta fija; o comprando bonos hipotecarios, para que se concedan más hipotecas y se reactive también el sector inmobiliario y el consumo”. “Si en junio vemos que la economía americana se ha recuperado, entonces daremos por finiquitada esta crisis”.

Las revueltas en Oriente Medio y el Norte de África “están afectando especialmente al precio del petróleo, aunque esto es una anécdota, pues si la situación empeora y aumentan mucho los precios, la recuperación se podría ver afectada”.

“Vivimos en un mundo a tres velocidades”, dice Ribes, pues “en Europa nos enfrentamos al inicio real de la unión económica europea, en EE.UU. no se sabe qué podría pasar y los emergentes, por su parte, están financiando a EE.UU. para que salga de la crisis pero, si estos países tocan techo, podríamos asistir a una desaceleración o una recesión”.