Andrew Stott, socio del área de servicios financieros de Oliver Wyman, destaca como conclusiones de su último estudio anual del sector financiero –presentado en el foro económico mundial de Davos- que “2008 ha sido un año muy atípico por una crisis muy compleja” que podría terminar no antes del 2011-2012.
 
Para Stott es “muy importante que los directivos de las entidades financieras se enfoquen en las disciplinas básicas de la gestión de su entidad y aprovechen las oportunidades de mercado para su consolidación” y crecimiento a través de adquisiciones. Oliver Wyman destaca que la banca universal ha demostrado ser especialmente resistente, ya que el 75% de este tipo de bancos han sabido capear el temporal. En este sentido, Andrew Stott destaca muy especialmente a los dos grandes bancos españoles tanto por la supervisión del Banco de España como por una gestión mucho más conservadora.

 
Para Andrew Stott la crisis actual ha sido provocada por “fallos múltiples en el sistema” y destaca “la gestión de riesgos en los propios bancos, la supervisión de los reguladores, una confianza excesiva en las agencias de rating y las burbujas de los mercados” por los bajos costes de exportación desde los países asiáticos.
  
 
 

Andrew Stott, socio del área de servicios financieros de Oliver Wyman destaca que las entidades afectadas necesitarán evolucionar en varias áreas fundamentales que tilda como “las siete Cs”: Cash/ Capital; Conservadurismo; Cercanía; Convergencia; Consolidación; Consciencia de Costes y Comunicaciones. El área de riesgos será el centro de todas las atenciones. Las prioridades inmediatas serán aprovechar las oportunidades que surjan debido a los cambios en la industria y reforzar el modelo de negocio, señala Oliver Wyman.
 
Para Stott “desafortunadamente los interés políticos se enfrentan con los económicos” y los primeros son bastante “cortoplacistas”, señala. Este experto destaca que “hay un problema importante de confianza en la banca, especialmente en EEUU, y es necesario restaurar esa confianza”. Stott prefiere medidas que instauren esa seguridad y confianza y que no supongo un peligro inflacionista.
 
Stott señala que “las entidades necesitan marcar la diferencia entre el fracaso de ciertas prácticas de negocio y el fracaso de entidades individuales que ejercían exclusivamente dichas prácticas”. El responsable de Oliver Wyman asegura que “el banco malo funcionó muy bien en Suecia en su última gran crisis; el problema es qué activos tóxicos meteremos en ese banco”. Además, entiende que se necesitarán inversores particulares dada la falta de liquidez actual. En cualquier caso, y con ciertos interrogantes, Stott se muestra moderadamente partidario de la creación del denominado bad bank.