El R-cuadrado en fondos de inversión: ¿qué es y por qué es importante?

En nuestro diccionario económico y financiero lo explicamos y en los dos últimos años hemos recibido más de 100 mil entradas. Aquí vamos a tratar de explicarlo centrándonos en la importancia que tiene para los fondos de inversión. 

Imagina que vas de Madrid a Málaga. Cada curva, cada ascenso o descenso, es el movimiento del mercado. ¿Cómo podemos saber si nuestro fondo de inversión va por la carretera que nosotros queremos o está tomando vías alternativas? Pues esto es lo que nos indica el R2.

El R-cuadrado (R²) es un número que va de 0 a 1 (o en porcentaje, de 0% a 100%) y nos dice qué tan bien sigue un fondo el comportamiento de su índice de referencia o benchmark. Para simplificar, piensa en el R-cuadrado como un termómetro de correlación. Si el R² es 100% (o 1), el fondo sigue al índice de referencia perfectamente, como una sombra. Si el índice sube o baja, el fondo hace exactamente lo mismo.

Si es 0% (o 0), el fondo no tiene nada que ver con el índice. Es como comparar un coche con un avión: funcionan diferente. Por ejemplo, si un fondo tiene un R² del 85%, quiere decir que el 85% de las subidas y bajadas del fondo pueden explicarse por los movimientos de su índice. El otro 15% corresponde a decisiones o estrategias del gestor.

El R2 es una brújula para entender el tipo de fondo que estás mirando. Si es un fondo más indexado, si es más activo, o si es activo del modo que tú quieres. Si es un fondo de gestión indexada, el R² será cercano a 100% y eso es una buena señal. Significa que está cumpliendo su objetivo. Si estamos buscando un fondo de gestión activa que tenga un rendimiento adicional al índice, un R² muy alto (por encima del 90%) podría indicar que el gestor no está aportando demasiado valor, ya que el fondo sigue casi todo el tiempo al índice. Pero un R² demasiado bajo (por debajo del 70%) podría significar que el gestor se está inventando su propia carretera para llegar a Málaga. No quiere decir que sea malo necesariamente, pero es bueno que lo sepas antes de darle el volante a ese conductor. 

Aunque útil, el R² no es suficiente por sí solo. Piensa en él como una pista más en el rompecabezas. Úsalo junto a métricas como la beta (qué tan volátil es el fondo frente al índice) y el Alpha (rendimiento adicional ajustado al riesgo). Si un fondo tiene un R² alto y un Alpha positivo, probablemente esté gestionado eficientemente. Si un fondo de grandes compañías value europeas tiene un R2 muy bajo, es que algo está haciendo distinto y la beta o el Alpha nos dirán si es asumiendo más riesgos y si realmente está aportando esa gestión diferente. Ten en cuenta que hay fondos de retorno absoluto o mixtos flexibles que no tienen un benchmark tan definido como un “grandes compañías value europeas”. En estos casos el R2 no nos va a aportar tantas pistas. Habrá que ver cuál es el índice contra el que se compara, pero lo normal es que tengan valores muy bajos y eso no significa nada malo.

Al final, el R2 es como un GPS adicional de tus inversiones: no te dice si llegarás más rápido o más lejos, pero sí si estás siguiendo el camino que esperabas. Así que la próxima vez que revises un fondo, no olvides mirar este indicador.