Bueno, no exactamente… La verdad es que hay algunos datos inquietantes. Con esto no queremos meter miedo en el cuerpo. Simplemente, como venimos explicado, hay que estar con un ojo bien puesto en cómo se van sucediendo los acontecimientos. Y, si llegasen las caídas, no perdamos la calma: la carrera es de largo plazo, y podemos aprovechar las rebajas.
En cualquier caso, hay datos que me inquietan un poco. Por no ser agorero, voy a poner solo dos. El primero de ellos se refiere a la deuda mundial. Aunque el porcentaje sobre el PIB mundial sea menor, la deuda en términos absolutos no deja de crecer. Que no nos engañen. Si esto ha sido así incluso con los tipos relativamente más elevados que hace 5 años, ¿qué va a pasar ahora cuando empiecen a bajar? Si endeudarse resulta menos costoso, el incentivo es claro. La fiesta puede ser grande, pero estas fiestas no terminan bien.
Fuente: Carlos Arenas Laorga
Otro motivo de preocupación es la conocida como Regla Sahm. La Regla Sahm es un indicador económico utilizado para identificar el inicio de una recesión en tiempo real. Se basa en el comportamiento de la tasa de desempleo y fue propuesta por Claudia Sahm, economista de la Reserva Federal de Estados Unidos, de ahí su nombre. La regla establece que, si la tasa de desempleo aumenta en 0,5 puntos porcentuales o más en comparación con su nivel más bajo en los últimos 12 meses, es una señal fuerte de que la economía ha entrado en recesión.
La importancia de la Regla Sahm radica en su capacidad para proporcionar una señal adelantada y relativamente confiable de una recesión. A diferencia de otros indicadores que se confirman o revisan meses después, la Regla Sahm puede alertar a los responsables de políticas económicas (como el gobierno o los bancos centrales) sobre la necesidad de tomar medidas para mitigar el impacto de la recesión antes de que los daños económicos se profundicen.
Además, resulta que desde 1949 ha servido como indicador clave en las recesiones (ha vaticinado prácticamente todas) y también… en julio cruzamos la línea del 0,5 desde mínimos de 12 meses. No digo nada, y lo digo todo.
Fuente: Carlos Arenas Laorga
En cualquier caso. Nunca perder la calma. Seguir invirtiendo con cabeza: mantenernos en nuestro perfil, no hacer inversiones cortoplacistas, escuchar a nuestro asesor, preguntar, no asustarse en momentos de caídas… Lo que ya sabéis, pero siempre es bueno que nos lo digan una vez más.
¡A por el curso con ganas!