No cabe duda de que los bancos centrales han entrado en modo “recorte de tipos de interés”. El Banco Central Europeo está preparado para una nueva bajada en los tipos de interés esta misma semana; la Reserva Federal, previsiblemente, comenzará su ciclo de recortes la próxima semana; y el Banco de Inglaterra lo hará en su próxima reunión, este mismo mes, o en el siguiente encuentro. La dirección de los bancos centrales respecto a los tipos no es el problema, sino la velocidad y escala. Para finales de año, el mercado prevé recortes por un total de 45 puntos básicos por parte del Banco de Inglaterra, 62 puntos básicos por parte del BCE y la friolera de 113 puntos básicos de recortes por parte de la Reserva Federal. El año que viene por estas fechas, los mercados esperan que los tipos oficiales se sitúen ligeramente por encima del 3,5% en el Reino Unido, del 3% en Estados Unidos y de apenas el 2% en la zona euro. Todo ello se traduce en una gran cantidad de recortes de tipos…, así que la cuestión es si los mercados acabarán sintiéndose decepcionados.

Comencemos con los Estados Unidos. Las cifras de paro de la pasada semana muestran que el crecimiento del empleo está ralentizándose, siguiendo una tendencia que ha estado presente durante ya un tiempo. Pero eso refleja más una reducción en las contrataciones que un aumento en los despidos, unido a la reducción en la inmigración. Si tomamos en cuenta otros datos, vemos que la economía estadounidense está creciendo aún de manera constante. Los datos de esta semana deberían mostrar una caída de la inflación general y, aunque es probable que la inflación subyacente se mantenga sin cambios en términos interanuales, en los últimos 3 meses se habrá registrado una inflación subyacente por debajo del 2%. Con la inflación salarial reduciéndose y los precios del petróleo cayendo por el incremento de la oferta, las perspectivas para la inflación son buenas. Pero necesitamos que todo continúe marchando bien si queremos que se produzcan los recortes de tipos anticipados por el mercado para EEUU este año. Salvo que la Reserva Federal recorte 50 puntos básicos la próxima semana, ese número deberá reducirse. Y luego, por supuesto, está la perspectiva de una presidencia de Trump con un fuerte aumento de los aranceles.

En Europa, el crecimiento ha sido anémico, los datos más recientes muestran una gran caída en la inflación salarial y la inflación está cerca del objetivo. Además, la Comisión Europea está poniendo presión a los Gobiernos para que endurezcan su política fiscal. En este contexto, las bajadas de tipos previstas parecen razonables.

El Reino Unido tiene previsto el menor número de recortes de tipos, lo que sugiere que el año que viene tendrá un nivel mucho más alto que el de Europa y un poco más alto que el de Estados Unidos. Existe la posibilidad de que el Banco de Inglaterra aplique más recortes de los previstos actualmente.

La senda precisa de los recortes de tipos es de crucial importancia para los mercados de renta fija. La renta variable debería simplemente disfrutar del trasfondo de crecimiento continuado y tipos de interés a la baja. Eso sí, la renta variable también está cargada de optimismo, como demuestra la debilidad en el mercado de la semana pasada.