De corto a medio plazo, las valoraciones podrían mantenerse en un rango cercano a los niveles actuales, respaldadas por un contexto positivo de perspectivas económicas, indicadores técnicos y fundamentales de mercado.

A pesar de haber aumentado en términos interanuales, el nivel de emisión se mantiene en niveles reducidos, ante la existencia de unos tipos más altos y en la actividad de refinanciación. Sin embargo, las favorables perspectivas económicas y la previsión de futuros recortes de tipos impulsan flujos positivos. En un entorno como el actual, los factores técnicos podrían seguir respaldando el nivel de valoración, debido a que ya se ha hecho frente al gran volumen de vencimientos previstos para 2025 y 2026.

Las perspectivas de los fundamentales de la deuda de alto rendimiento siguen siendo favorables en un contexto de moderación del crecimiento del EBITDA y las ventas, así como de estabilización de los parámetros de servicio de la deuda. Así, las expectativas de impago siguen siendo bajas, y se prevé que tiendan a la baja y se estabilicen a corto plazo.

Mantenemos un sesgo de calidad enfocándonos oportunidades idiosincráticas para obtener obteniendo unos rendimientos atractivos. Los diferenciales entre la deuda corporativa de grado de inversión con calificación BBB y la de alto rendimiento con calificación BB se sitúan cerca de sus mínimos, por lo que nuestra asignación a alto rendimiento ha mantenido una posición en títulos BBB, concentrados entre las «estrellas emergentes». Aunque no forman parte del índice, el diferencial de rendimiento de estos títulos es bajo y debería ofrecer cierta protección frente a la volatilidad de los diferenciales de la deuda de alto rendimiento. Mantenemos una moderada infraponderación en duración, aunque en agosto la duración del índice cayó por debajo de los tres años por primera vez en su historia.

Las oportunidades idiosincráticas representan algunas de nuestras mayores sobreponderaciones. Al mismo tiempo, nuestras posiciones en deuda de alto rendimiento se aproximan a la asignación neutral frente al valor de mercado de las posiciones CCC del índice. En lo que se refiere al valor de mercado, nuestras posiciones con calificación CCC se concentran en cinco posiciones de alta convicción, mientras que, en términos generales, mantenemos una exposición infraponderada al riesgo de inversión en títulos CCC y utilizamos el diferencial ajustado por opciones y el rendimiento mínimo (yieldtoworst) como indicadores de riesgo.

En nuestra opinión, la política monetaria y las perspectivas económicas del mercado serán los dos factores que impulsen en mayor medida los diferenciales de la deuda de alto rendimiento en los próximos 12 a 18 meses. A pesar de cierta incertidumbre, pensamos que los indicadores técnicos y los fundamentales de la deuda de alto rendimiento van a mantener su solidez, lo que contribuirá a que los rendimientos sigan resultando atractivos y respaldará las perspectivas favorables para el sector.