Max Stainton - Estratega de Macroeconomía Global en Fidelity International

El anuncio del presidente Trump sobre los aranceles recíprocos el 2 de abril fue más severo de lo que esperaba el mercado. Además de un arancel mínimo universal del 10%, el nuevo régimen incluye aranceles recíprocos significativamente más elevados para la mayoría de los principales socios comerciales y, según nuestros cálculos, sitúa los tipos efectivos de los aranceles estadounidenses en torno al 24%, niveles que no se veían desde principios del siglo XX. Si se aplican plenamente, supondrán una importante sacudida para el comercio global y presentan graves riesgos para el crecimiento mundial. 

Los tipos arancelarios de la mayoría de los principales socios comerciales se acercan o superan los máximos que esperaban la mayoría de los actores del mercado. China y su cadena de suministro asiática se enfrentan ahora a un choque significativo que China sólo podrá amortiguar parcialmente con la política presupuestaria y monetaria.  En el otro extremo del espectro, Europa se encuentra en mejores condiciones para capear el temporal gracias a su política presupuestaria y monetaria.

Además, aunque el Secretario del Tesoro, Scott Bessent, mencionó que los tipos arancelarios serán probablemente un “tope” y que podrían negociarse a la baja, creemos que la incertidumbre en torno a los tipos arancelarios definitivos y al proceso de negociación también afectará a la confianza de los inversores y frenará las perspectivas de inversión y consumo a escala mundial, acentuando los riesgos a la  baja.

Nuestras perspectivas

Antes del anuncio, nuestro cuadro de perspectivas para 2025 ya era más bajista que el consenso y que la mayor parte del mercado. En febrero, señalamos que un  desenlace de tipo estanflacionario para la economía estadounidense constituía un importante riesgo a la baja y a principios de marzo lo convertimos en nuestra hipótesis de trabajo con una probabilidad del 50%, asignando además una probabilidad del 40% al escenario de riesgo bajista de recesión cíclica. 

El alcance, la amplitud y la profundidad de estos aranceles recién anunciados validan claramente esta postura bajista. Si se convierten en permanentes, cabe esperar que la inflación en EEUU alcance el 3,5% en verano y se mantenga en torno a ese nivel el resto del año. Desde el punto de vista del crecimiento, un tipo arancelario efectivo que se estableciera finalmente en el 20% significaría probablemente que EEUU se libraría por los pelos de una recesión, al tiempo que experimentaría una traumática sacudida de estanflación. Todo lo que vaya más allá probablemente suma a la economía estadounidense en una recesión cíclica. 

Las cuestiones clave a partir de aquí son qué acuerdos pueden alcanzar con EEUU los distintos países, si estos toman represalias y si la Administración estadounidense accede a rebajar las subidas arancelarias. 

Si grandes bloques comerciales como China y la UE deciden tomar represalias, el golpe al crecimiento estadounidense será mayor, pero también atenuaría algunos de los efectos de la inflación agregada. Por otra parte, si EEUU comienza a entablar negociaciones prolongadas con países e industrias que busquen exenciones a diversos aranceles, con algunos de ellos suspendidos y otros no, entonces se podría ver un escenario en el que los impactos de la inflación sean menos graves de lo que esperamos, pero debido a que persistiría una mayor incertidumbre, los efectos negativos sobre el crecimiento seguirían siendo grandes. 

El escenario alcista de una marcha atrás general de la administración Trump sigue existiendo. Los mercados habían dejado de reaccionar ante las diversas filtraciones y anuncios previos al evento, aferrándose a la idea de que debíamos tomarnos a la administración Trump “en serio, pero no literalmente”. Este planteamiento ha resultado ser erróneo. ¿La reacción del mercado amilanará al gobierno estadounidense? Ya veremos.

En resumen, nuestras perspectivas para 2025 prevén un crecimiento en EEUU igual o inferior al 1%, con una inflación igual o superior al 3% para el resto del año. Este cóctel de estanflación pone en un aprieto a la Reserva Federal, incapaz de recortar los tipos de interés de forma proactiva para apoyar el crecimiento porque los riesgos al alza para la inflación son demasiado grandes. Si la Fed acaba recortando tipos este  año, será porque la economía estadounidense ya habría entrado en recesión y la Fed tendría que ponerse al día relajando de forma reactiva. Más allá de EEUU, esto no hace sino reforzar nuestra hipótesis de trabajo de que el Banco Central Europeo recortará los tipos más de lo que los mercados esperan actualmente para sostener el crecimiento. También es probable que cercene el incipiente ciclo de subidas de tipos del Banco de Japón.

Aumentar la resistencia en un mercado dominado por los aranceles

Matthew Quaife - Responsable global de Inversión Multiactivos en Fidelity International

Las perspectivas de los activos de riesgo están ahora muy equilibradas. Somos conscientes de que el ciclo económico se ha movido al son de un crecimiento estadounidense por encima de la tendencia y que la economía mundial se encuentra en la fase media-tardía del ciclo, apoyada por la fortaleza del consumo estadounidense. Sin embargo, el aumento de la incertidumbre tras los anuncios del presidente Trump, junto con el deterioro manifiesto de las cifras de las encuestas económicas, exige cautela y un enfoque ágil de la asignación de activos. 

Las valoraciones suponen un obstáculo para la renta variable de gran capitalización y los activos mundiales de alto rendimiento. Dentro de las inversiones en renta variable, nos centramos en reforzar la calidad a través de un enfoque selectivo por el que nos exponemos a acciones de baja volatilidad o a sectores que ofrezcan perspectivas de crecimiento superiores a la media y una relativa resistencia a los aranceles. Incluimos posiciones en bonos indexados a la inflación y oro para protegernos de los riesgos de estanflación. Muchas de estas posiciones ya han entrado en juego este año, dada la creciente incertidumbre, y seguirán siendo una parte importante del conjunto de herramientas de inversión en los próximos meses. 

Aunque los anuncios del presidente Trump fueron inmediatos, el alcance de su impacto no lo es. Muchos aspectos han quedado abiertos, lo que sugiere que existe margen para la negociación y los movimientos. Es posible que la situación no se desarrolle de forma sencilla, a pesar de los titulares inequívocos de esta semana, por lo que la seguiremos de cerca en los próximos días, a medida que las economías y los mercados asimilen los detalles. No cabe duda de que los riesgos han aumentado en general, sobre todo en lo que respecta al crecimiento y la inflación, pero aún no han repercutido en los fundamentales macroeconómicos.

La capacidad de resistencia de China y las políticas de sus autoridades ofrecen un amortiguador

Miyuki Kashima - Responsable de Inversiones para Japón en Fidelity International 

El impacto inmediato del aumento de los aranceles a China se notará en las exportaciones, pero la estructura del comercio mundial ha cambiado desde el primer mandato de Trump. Aunque sigue siendo importante, China ha reducido significativamente su dependencia exportadora de EEUU y los ingresos de las empresas chinas procedentes de EEUU se sitúan ahora en cifras de un solo dígito. Aunque China sigue manteniendo un importante superávit comercial con EEUU y la depreciación gradual del yuan es un probable mecanismo de ajuste, esperamos que las autoridades gestionen el ritmo de depreciación para evitar una volatilidad excesiva. 

A diferencia de ciclos anteriores, la economía no está reaccionando con pánico. En lugar de eso, la flexibilidad de las políticas y un posible suelo en el sector inmobiliario pueden actuar como amortiguadores frente a perturbaciones externas como los aranceles. Y lo que es más importante: China tiene capacidad fiscal para amortiguar el golpe de los aranceles y está orientándose hacia la demanda interna como principal motor de crecimiento. 

Las empresas que tienen un volumen comercial significativo con EEUU se enfrentarán a mayores problemas, aunque en muchos casos los competidores están sujetos a los mismos aranceles, lo que mitiga la desventaja relativa. Las empresas con actividades de fabricación en México parecen estar mejor posicionadas que las que producen en China, Corea o el sudeste asiático, donde los aranceles son generalmente más elevados. Las empresas con filiales en Singapur también pueden encontrar formas de mitigar parcialmente las repercusiones de los nuevos gravámenes, gracias al perfil más bajo de Singapur en materia arancelaria. 

En el resto de Asia, la industria de la confección se verá afectada negativamente, ya que los centros de fabricación de China, Vietnam, Bangladesh y Camboya se enfrentarán a aranceles más elevados. El gravamen del 26% impuesto por EEUU a las importaciones indias es más elevado de lo previsto, pero las exportaciones farmacéuticas quedarán exentas. Indonesia puede salir relativamente mejor parada como país, porque no está tan industrializado como sus homólogos asiáticos, como Vietnam, China, Taiwán y Corea. Además, la mayoría de las exportaciones de Indonesia se dirigen ahora a China y otras partes de Asia. 

Sumado a un arancel del 25% sobre los automóviles, se generará un impacto directo en la economía japonesa a través de las exportaciones. También existe la posibilidad de que los aranceles recíprocos más elevados de lo previsto tengan un efecto secundario en forma de ralentización en los demás socios comerciales de Japón. La magnitud del impacto dependerá del tiempo que se mantengan los aranceles y de hasta qué punto Japón pueda negociar con EEUU.