Hoy por hoy, la economía estadounidense no muestra señales de una recesión inminente. La tasa de desempleo, situada en el 4,2%, se sigue manteniendo en niveles históricamente bajos, y parte de su incremento se ha debido a un repunte de la oferta de mano de obra, no por un debilitamiento de la demanda laboral. El doble mandato de la Reserva Federal (máximo empleo y estabilidad de precios) parece estar cada vez más cerca, y mantenemos nuestro escenario base de un aterrizaje suave de la economía.
Sin embargo, los indicadores de las encuestas realizadas en EE.UU. apuntan a una debilidad continuada de la actividad manufacturera, mientras que comienzan a aparecer los primeros signos de una desaceleración en el sector servicios. También se observan indicios de que la demanda de los consumidores está perdiendo impulso, y el gasto de los hogares de renta baja, en particular, comienza a verse presionado por la reducción en la contratación de nuevos empleados y el crecimiento más lento de los salarios. Por lo tanto, creemos que ha llegado el momento de que la Reserva Federal de EE.UU. actúe, y esperamos un recorte de tipos de 25 pb en la reunión de mañana, situando el rango objetivo para el tipo de los fondos federales entre el 5% y el 5,25%.
Con el índice de inflación subyacente del PCE (Gastos de Consumo Personal) preferido por la Reserva Federal también acercándose al objetivo del 2% (actualmente en 2,6% interanual), los recientes comentarios de los responsables políticos de la Fed sugieren que están dispuestos a actuar con contundencia si la demanda de mano de obra se debilita aún más.
Además, el telón de fondo del crecimiento económico mundial refuerza la disposición de la Reserva Federal y de otros bancos centrales del G-10 de relajar su política monetaria restrictiva. El crecimiento de China sigue siendo desfavorable, al igual que el de la zona euro, especialmente en Alemania. Como consecuencia, los precios de las materias primas y la energía están sometidos a presiones a la baja y contribuyen a anclar las expectativas de inflación en todo el mundo.
La Fed, al igual que otros bancos centrales, está más centrada en estimular el crecimiento económico que en controlar la inflación; y está cada vez más preocupada por quedarse rezagada en cuanto a su política monetaria, es decir, por recortar los tipos demasiado tarde para evitar una recesión o una desaceleración más brusca del crecimiento.
Por lo tanto, en nuestra opinión, no pueden descartarse mayores recortes de tipos durante las próximas reuniones de este año, especialmente si la actividad del mercado laboral se deteriora más rápido de lo previsto y la inflación sigue acercándose al nivel objetivo.
Para los inversores en renta fija, creemos que en los próximos meses es más probable que los rendimientos de los bonos soberanos disminuyan. Por lo tanto, estar posicionado en deuda en esta fase del ciclo económico resulta una opción atractiva. Asimismo, favorecemos un posicionamiento largos de duración en varios mercados de bonos soberanos y preferimos estar posicionados para un empinamiento (“steeping” o ampliación de diferenciales entre los tipos a corto y a largo) de las curvas de tipos, especialmente en EE.UU. y Eurozona.