Así lo defendió James Chen, gestor del fondo Allianz Artificial Intelligence, uno de los fondos pioneros en esta temática, lanzado en 2017, durante un reciente encuentro con inversores en Madrid. Según explicó, la revolución de la IA no se limita al sector tecnológico, sino que está empezando a transformar de forma profunda industrias tradicionales como la agricultura, la energía, la automoción o las finanzas.

James Chen también señaló que “estamos apenas arañando la superficie de lo que la IA generativa puede aportar a la economía global. Este ciclo es más robusto que el vivido en el auge de las puntocom, ya que las grandes tecnológicas financian sus inversiones en IA con flujo de caja operativo, sin recurrir a deuda ni a emisiones masivas de capital”.

IA como motor transversal de transformación

El fondo, que nació como una estrategia puramente tecnológica, ha evolucionado hacia un enfoque multisectorial. Actualmente, menos del 50% de su cartera está invertida en tecnología pura, mientras que el resto se distribuye en sectores tradicionales que están adoptando la IA para mejorar eficiencia y márgenes.

Casos concretos van desde drones y sistemas de reconocimiento de imágenes en viñedos franceses, hasta el uso de soluciones de IA generativa por parte de bancos como JPMorgan para optimizar la productividad de sus empleados. 

Un ciclo de inversión estructural y sostenible

El ciclo inversor en IA cuenta además con el respaldo creciente de los gobiernos. Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y próximamente la Unión Europea están lanzando ambiciosos programas de inversión en IA, que complementan los esfuerzos de gigantes como Google, Meta o Microsoft. Estas empresas planean aumentar su gasto en capital en torno a un 40% interanual en 2025, tras crecimientos del 55% el año pasado.

Frente a los temores de una posible burbuja, James Chen fue claro: “No vemos los excesos del año 2000. Las grandes tecnológicas no están endeudándose para financiar estas inversiones; lo hacen con su propia caja. Además, las valoraciones actuales no son excesivas.

Oportunidades y riesgos a vigilar

El fondo sigue atento a oportunidades en nuevas aplicaciones de IA, en un ecosistema donde, por ahora, las grandes empresas dominan la infraestructura y las startups se centran en capas de software y soluciones. “Es un ciclo diferente: antes, las startups lideraban la disrupción tecnológica; hoy son las grandes compañías quienes marcan el paso, por la magnitud de las inversiones necesarias”. No obstante, se espera que en los próximos años surja una nueva generación de startups capaces de aprovechar la infraestructura ya desplegada.

Entre los riesgos que podrían ralentizar este ciclo, el gestor señaló principalmente la posibilidad de una recesión global que llevara a las empresas a recortar su gasto en IA, y el endurecimiento de políticas migratorias en EE.UU., que podría limitar el acceso a talento internacional clave para el desarrollo de la IA.

Además, la guerra tecnológica entre EE.UU. y China añade otro factor de incertidumbre: las limitaciones a la exportación de semiconductores avanzados están obligando a China a desarrollar modelos de IA más cerrados y menos competitivos a nivel global.

Sobre el fondo: Allianz Global Artificial Intelligence

La inteligencia artificial ya no necesita presentación. Quizá cuando se lanzó el fondo por 2017 sí hacía falta. Hoy, pocas personas son ajenas a esta nueva tecnología que no ha hecho nada más que dar sus primeros pasos. 

Este fondo trata de cubrir este espacio, precisamente. Por eso, resulta normal que sea un fondo de compañías muy ligadas a tecnología y raro sería que su principal posición no sea la que es: NVIDIA. 

También es lógico que las principales posiciones sean americanas, chinas y del sudeste asiático (Taiwán, principalmente). Por cierto, que si os fijáis en este top 10 posiciones que adjuntamos, veréis que la rentabilidad a un año es bastante buena. Salvando una centrada en la salud y otra en software, el resto -incluyendo aquellas del grupo de las 7 Magníficas- han aportado una rentabilidad más que buena al fondo. 

Las recientes correcciones que hemos visto en los mercados de tecnología hacen que el fondo sea una muy buena oportunidad. Sabiendo que la volatilidad es elevada y que tiene bastante peso en las 7 Magníficas y concentra un riesgo mayor, el potencial del fondo es altísimo. Por cierto, no está de más recordar que Tesla y Apple, dos de las principales posiciones del fondo, cotizan también con descuento respecto a sus precios del año pasado. 

Según Carlos Arenas, analista de fondos de Estrategias de Inversión, se trata de un sector caro, de eso no hay duda. Pero tampoco se le escapa a nadie que el crecimiento secular de los próximos años y décadas vendrá ligado a la inteligencia artificial y a la tecnología. No de forma exclusiva de los proveedores de esta IA, sino de quienes sepan implementarla del mejor modo posible para reducir costes y obtener más beneficios. Vamos, ser más eficientes. Y por eso el fondo tiene desde los proveedores principales como NVIDIA, hasta farmacéuticas y bancos, pasando por software y hardware.

Imposible negar las fluctuaciones de un fondo de estas características, pero absurdo obviar que el crecimiento futuro viene desde esta temática. 

Un horizonte de crecimiento a largo plazo

En definitiva, el mensaje de James Chen, gestor del fondo Allianz Artificial Intelligence es claro: la revolución de la IA es una tendencia estructural, con un horizonte de crecimiento sostenido a largo plazo. Estamos solo al principio de un ciclo que no solo transformará el sector tecnológico, sino toda la economía. Para los inversores, las oportunidades son enormes, siempre que se mantenga una gestión activa y diversificada que sepa identificar los ganadores de esta nueva era”.