Seguimos en el mes de septiembre, mes bajista por excelencia en casi cualquier período histórico que miremos y en casi todos los índices. Septiembre es bajista en la mayoría de los años  desde 1950. Y este año por varios motivos: tenemos elecciones, que este año son un incertidumbre total porque está todo muy ajustado pero hay otros motivos como los datos macro que se van conociendo y una de las variables que más afecta es la de la profecía autocumplida. La gente suele hacer rebalanceo de cartera después del período estival y se produce una salida de activos que hace que caiga su valoración. Este efecto hace que muchas personas e instituciones aprovechen septiembre para sacar dinero en renta variable, lo que provoca caídas. Sin embargo, en septiembre hubo caídas pero luego tenido una fuerte recuperación impulsada por las grandes tecnológicas. 

Además, este año hay un tema fundamental que son las bajadas de tipos, que hemos  vivido hace poco en Europa y volveremos a vivir en EEUU. La pregunta clave es cuál será la intensidad de la bajada de tipos. Hay mucha incertidumbre en torno a esta variable  y se vaticina una bajada entre 25 y 50 puntos básicos. De media, el mercado estima una caída de 35 puntos básicos en los tipos de interés. Y ¿qué diferencia habrá entre una bajada de 25 o de 50 puntos básicos? Sabemos que los datos de empleo no han sido tan buenos como cabría esperar, la inflación se mantiene por encima de los objetivos de los bancos centrales…y el mercado puede ver una bajada de 50 puntos como que la FED está viendo una ralentización fuerte de la economía y necesita ese impulso adicional de la bajada de tipos.  En cambio, una bajada de 25 puntos puede ser visto como que la economía americana va mejor de lo que parece pero al bajar solo esa cantidad es porque se ven limitados y que esto produzca caídas.  

Por otro lado,  también hemos visto agravarse la situación geopolítica con las guerras en Oriente y Ucrania, con lo que no vemos mucha visibilidad. De hecho, muchas gestoras se están posicionando en renta fija debido a las incertidumbres que tenemos sobre la mesa. También es cierto que la renta fija con las bajadas de tipos no es tan atractiva con lo que es más complicado encontrar esa yield. Con las bajadas de tipos, lo más normal es que se produzca un empinamiento de la curva de rendimientos, con lo que sería más atractivo entrar en plazos largos y además, a la renta variable le podría beneficiar un escenario de bajadas de tipos,  aunque estén descontadas en buena medida. 

Con lo que tenemos muchas incertidumbres sobre la economía, no tenemos muy claro hacia dónde nos dirigimos y necesitamos algún dato más sobre todas las políticas y datos que irán saliendo las próximas semanas. Lo que hay que hacer es tener un menú equilibrado en nuestras carteras de inversiones, tener una diversificación adecuada y que descorrelacione. 

Veremos cómo salen los datos, los iremos analizando sabiendo que octubre y noviembre son meses muy buenos para los mercados pero tenemos muchos datos que nos permitirán ver qué activos nos benefician más en nuestra cartera de inversiones.