En qué se diferencian los bonos de las acciones
La principal diferencia entre acciones y bonos es que las acciones son inversiones sobre el potencial de crecimiento de una empresa, mientras que los bonos son inversiones sobre la solvencia de una compañía.
Este hecho representa una diferencia fundamental en cuanto al riesgo que asumen los inversores. Lo que es positivo desde la perspectiva de la renta fija no tiene por qué serlo necesariamente para el poseedor de acciones, y viceversa.
En el caso de la renta variable, el crecimiento de los beneficios aumenta el valor de la compañía y el precio de sus acciones. Las recompras de acciones, las fusiones y adquisiciones y los gastos de capital pueden ser factores positivos que lleven a una subida de los precios de las acciones. Por otra parte, las empresas pueden recortar los dividendos, reducir el gasto de capital (capex) o vender un negocio para reforzar su balance.
Estas últimas actividades no son necesariamente factores positivos para las acciones, pero pueden serlo para los inversores en renta fija. Al invertir tanto en renta variable como en renta fija, los inversores pueden ampliar sus oportunidades de inversión y, potencialmente, obtener rendimientos a través de una gama más amplia de actividades empresariales.
Otra ventaja de los bonos es la forma en que reaccionan a la volatilidad del mercado. Los precios de los bonos suelen recuperarse más rápidamente que los de la renta variable. Esto es bastante intuitivo. Durante los periodos de ventas de los mercados, los inversores se centran más en la supervivencia de las compañías que en su potencial de crecimiento futuro. Por lo tanto, antes de que los precios de las acciones empiecen a recuperarse, los bonos tienden a subir antes y más rápido.
Combinar renta variable con bonos de mayor rendimiento
Los inversores que desean reducir la volatilidad de su cartera suelen combinar la exposición a la renta variable con inversiones de renta fija de menor riesgo. Sin embargo, nuestro análisis muestra que éste quizás no es el único enfoque, sobre todo porque a menudo puede implicar sacrificar la rentabilidad.
Para los inversores que se sienten cómodos con una mayor volatilidad a cambio de mayores rendimientos, existe otro enfoque posible. En lugar de limitar la exposición a inversiones defensivas en renta fija, podría recurrirse a la exposición a activos de renta fija con una mayor rentabilidad esperada. Asignar activos de renta fija de mayor rentabilidad puede aportar beneficios de diversificación, dada la variedad de factores de riesgo a los que están expuestos.
Tras examinar los datos de 20 años de riesgo/rentabilidad, analizamos los resultados de combinar la renta variable mundial (representada por el índice MSCI ACWI) con índices de renta fija mixtos de alto rendimiento (una combinación de índices de alto rendimiento de EE.UU. y de deuda de mercados emergentes). Combinando estos dos tipos de activos, los inversores podrían obtener un mayor nivel de rentabilidad que una estrategia de renta fija pura, con una menor volatilidad en comparación con una asignación exclusiva a la renta variable.
Una asignación a la renta fija de mayor rentabilidad puede seguir reduciendo la volatilidad de una cartera