La inflación preocupa a los inversores porque puede deteriorar los beneficios de una compañía y, en última instancia, la rentabilidad. Pero hay maneras de combatirla. Aquellas compañías que cuenten con capacidad de fijación de precios pueden proteger sus márgenes de beneficios repercutiendo los costes en los clientes.
«No creo que nos estemos adentrando en un periodo de inflación sostenida», señala la gestora de renta variable Diana Wagner. «Pero sí creo que el aumento de los costes se mantendrá en los próximos meses, convirtiéndose así en el mayor riesgo al que se enfrentarán los inversores en 2022. Por eso me interesa tanto encontrar compañías con capacidad de fijación de precios».
Pensemos en Netflix. Sus últimos éxitos, como el que ha registrado «El juego del calamar», y una demanda aparentemente insaciable de los espectadores han permitido al gigante del streaming aumentar cuatro veces sus cuotas de suscripción en los últimos diez años. Unos márgenes elevados y estables pueden indicar capacidad de fijación de precios.
Entre las compañías con capacidad de fijación de precios encontramos: empresas que ofrecen servicios esenciales, como los gigantes del sector sanitario Pfizer y UnitedHealth Group; compañías con un fuerte reconocimiento de marca, como el fabricante de bebidas Coca-Cola; empresas que pertenecen a sectores con una dinámica favorable de oferta y demanda, como los fabricantes de semiconductores y equipos de chips TSMC y ASML; y compañías que ofrecen sus servicios a clientes que no son especialmente sensibles a los cambios de precio, como las empresas de artículos de lujo LVMH y Kering.