Por el contrario, en este momento los bancos centrales están inmersos en un ciclo de reducción de tipos. Esto debería beneficiar a los inversores en renta fija, al proporcionar una revalorización del capital, junto con unas rentas todavía elevadas. Sin embargo, el camino a seguir puede requerir una gestión hábil, dada la persistente inflación, las crecientes diferencias en las trayectorias de crecimiento económico entre países y la divergencia en las respuestas de los responsables políticos. Los cambios geopolíticos -especialmente el regreso de Trump a la presidencia de Estados Unidos- presentan otro factor de imprevisibilidad. ¿Cómo deberían plantearse los inversores el reposicionamiento de sus carteras ante esta incertidumbre reinante?
Adaptarse a un contexto macroeconómico estructuralmente diferente
Las inciertas perspectivas actuales reflejan un cambio de régimen estructural al que creemos que los inversores deben estar atentos. Las características clave de esta nueva era económica incluyen:
- Un entorno económico menos estable, con ciclos más cortos y más frecuentes;
- Una inflación más elevada y volátil
- Mayor rivalidad y divergencia geopolítica a medida que la globalización se ralentiza y, en algunas zonas, incluso se invierte;
- y una mayor presencia gubernamental y un gasto fiscal estructuralmente mayores.
Los bancos centrales ya no actúan como fuente de estabilidad, pues se encuentran atrapados entre la necesidad de contener la inflación y el deseo de evitar la ralentización económica que puede ser necesaria para que la inflación vuelva a situarse de forma duradera en línea con sus objetivos. Es probable que este dilema se agrave si se materializa la amenaza arancelaria de EE.UU., ya que es probable que los gobiernos no tengan más remedio que aflojar el cinturón. Las decisiones de política monetaria pueden coger por sorpresa a los inversores, ya que los bancos centrales pueden tomar caminos muy diferentes. Por ejemplo, dependiendo de la magnitud del impacto de los aranceles estadounidenses en la economía europea, el Banco Central Europeo (BCE) podría recortar los tipos de forma significativa por debajo del consenso actual del mercado. El actual estancamiento político en Francia y los riesgos asociados a las próximas elecciones alemanas también podrían desencadenar una reevaluación repentina de las expectativas de tipos de interés en la zona del euro, junto con posibles episodios de volatilidad. Por otra parte, los datos salariales y de inflación en el Reino Unido podrían obstaculizar los esfuerzos del Banco de Inglaterra por continuar su ciclo de recorte de tipos.
Aunque suponga un riesgo, esta divergencia también constituye una oportunidad que los inversores pueden aprovechar.
Ir más allá del efectivo o de los instrumentos individuales
Aunque las cuentas de depósito en efectivo a corto plazo han funcionado bien en los últimos años, creemos que ahora conllevan un riesgo de reinversión significativo, dada la bajada de los tipos. A diferencia de los bonos, los instrumentos de liquidez no se benefician del repunte de las valoraciones de los bonos que suele acompañar a las bajadas de tipos, y los ingresos se reinician a niveles más bajos, lo que sugiere que la diversificación hacia la renta fija puede haber llegado con retraso. Muchos inversores ya han cambiado parte de sus posiciones de liquidez por deuda pública nacional -y varios gobiernos se dirigen ahora activamente a los inversores minoristas- u otros «valores refugio». Sin embargo, en nuestra opinión, ahora podrían estar justificadas nuevas medidas. Aunque la deuda pública nacional desempeña un papel importante en las carteras, complementar la exposición a un solo país con una cartera diversificada de bonos mundiales de alta calidad podría:
- Mitigar el riesgo de reinversión y ayudar a proteger las carteras de una volatilidad excesiva;
- Diversificar el importante riesgo beta implícito en un emisor de un solo país, que puede acentuarse en el incierto entorno actual; y
- Ofrecer la posibilidad de obtener rendimientos más elevados que podrían obtenerse en otros lugares.
Adoptar un enfoque flexible de renta fija
La diversificación selectiva no significa necesariamente tener que asumir un riesgo de duración o de crédito significativo. De hecho, pensamos que, en un entorno incierto, la flexibilidad puede ser la mejor amiga del inversor en renta fija. En concreto, pensamos que los enfoques no sesgados de alta calidad ofrecen una vía atractiva para complementar las carteras existentes, ya que tienen una duración media y una exposición crediticia limitadas, al tiempo que ofrecen diversificación en toda la gama de países, sectores y temas.
Además, creemos que las señales son alentadoras para que las estrategias flexibles de renta fija continúen su trayectoria positiva en el mundo divergente actual, ofreciendo tanto un margen significativo de protección a la baja como oportunidades de potencial alcista en caso de dislocaciones del mercado. Vemos varias señales de advertencia de que podrían producirse reajustes repentinos en el sentimiento del mercado este año.
- Por ejemplo, en este momento, EE. UU. está siguiendo el libro de jugadas de la primera elección de Trump, con los tipos de interés, el dólar estadounidense y los mercados de renta variable al alza, pero es probable que su programa político conduzca a una inflación estructuralmente más alta. Esta certeza puede, con el tiempo, provocar una volatilidad significativa en el mercado del Tesoro estadounidense. En el resto del mundo, Japón y el Reino Unido parecen estar aplicando una política monetaria en disonancia con los datos económicos, mientras que la zona del euro se ve lastrada por la parálisis política en Francia y Alemania y el impacto continuado de la guerra en Ucrania.
- Por el lado de las oportunidades, países como Australia, Nueva Zelanda y Canadá cuentan con bajos niveles de deuda pública pero una elevada deuda privada, lo que significa que sus bancos centrales pueden estar mejor preparados para hacer frente a cualquier inestabilidad financiera y ser más sensibles a un deterioro del ciclo. Podrían ofrecer rendimientos totales mejores y más estables, dados los elevados puntos de partida de los rendimientos.
Conclusión
Creemos que las inversiones en renta fija deben tratar de alcanzar tres objetivos clave:
- Ingresos fiables y recurrentes, con un componente de crecimiento.
- Mayor diversificación y liquidez.
- Preservación del capital a largo plazo.
En el entorno actual, más impredecible, creemos que estos objetivos pueden alcanzarse mejor adoptando un enfoque más flexible que se centre en un conjunto de oportunidades globales dentro de sólidas limitaciones de riesgo. En nuestra opinión, una mayor flexibilidad en la selección de la duración, el país y el sector puede ayudar a proteger tanto los ingresos como el capital durante los periodos de mayor volatilidad. Como tal, pensamos que esto puede ser una poderosa adición a la mayoría de las carteras, ayudando a suavizar el impacto de la volatilidad en las asignaciones a un solo país o región mediante la diversificación de las exposiciones a través de ciclos económicos y políticos divergentes.
En la práctica, existe una amplia gama de estrategias no restringidas disponibles en el mercado y los inversores deberán asegurarse de que el enfoque elegido satisface sus necesidades específicas. Dada la incertidumbre del entorno, una vía que los inversores pueden desear seguir es la asignación a estrategias de renta fija flexible que pongan un mayor énfasis en la preservación del capital y la liquidez a través de una mayor exposición a bonos del Estado de alta calidad, pero que sigan ofreciendo la posibilidad de obtener rentabilidades positivas a largo plazo a través de la exposición a un rico conjunto de oportunidades globales.