El diferencial del índice Bloomberg US Corporate Investment Grade cayó de 93 a 88 puntos básicos. La reducción de los diferenciales, los ingresos por cupón y la notable caída del rendimiento de los títulos del Tesoro estadounidense impulsaron la rentabilidad positiva de la clase de activos durante el trimestre.

Según JP Morgan, el volumen de emisión durante el trimestre fue de 404.000 millones de dólares. De hecho, en julio y septiembre se registró el mayor volumen de nueva emisión de deuda de grado de inversión de la historia en esos meses. Hasta la fecha, este aumento de la emisión se ha visto secundado por las compras netas de inversores extranjeros y aseguradoras, que han registrado una fuerte demanda de rentas vitalicias fijas.

Los diferenciales se mantienen por debajo de su media a largo plazo. Los diferenciales entre los títulos de deuda corporativa con calificación A y BBB siguen siendo reducidos en relación con los datos históricos recientes. La demanda de la deuda corporativa de grado de inversión ha venido impulsada por la reducción de los diferenciales de los títulos BBB, ya que los inversores han mostrado interés por los títulos de mayor rendimiento en el ámbito de la clase de activos.

En nuestra opinión, los fundamentales corporativos mantienen su solidez. Según datos de JP Morgan, el apalancamiento bruto subió ligeramente a una ratio deuda/ EBITDA de 3,3 veces, mientras que el apalancamiento neto fue de 2,8. Por otra parte, el EBITDA de los emisores de deuda corporativa de grado de inversión, fuera del sector de las materias primas, ha continuado aumentando en los últimos tres trimestres. Las previsiones apuntan a que el importe en dólares de los bonos próximos al vencimiento aumentará en un 19% y un 16% en 2025 y 2026 respectivamente.

Históricamente, los diferenciales de la deuda corporativa han aumentado tras el primer recorte de tipos. Dadas nuestras perspectivas de crecimiento económico positivo en los próximos seis a 12 meses, la deuda corporativa podría ofrecer un buen nivel de generación de rentas y un perfil de rentabilidad en línea con el nivel de rendimiento actual. Si el crecimiento económico se ralentizar de forma significativa, o si la economía estadounidense entra en recesión, los tipos de interés podrían bajar, y la media de duración de siete años de la deuda corporativa ayudaría a mitigar el impacto de aumento de los diferenciales.

En el contexto actual, pensamos que tiene sentido centrar los mandatos de deuda corporativa en emisores de mayor calidad, en lugar de tratar de alcanzar de forma generalizada un nivel excesivo de rendimiento o diferencial en la cartera. Un contexto favorable de crecimiento económico podría llevar a un escenario de rentabilidad similar al rendimiento actual. Sin embargo, ante la previsión de recortes de tipos por parte de la Reserva Federal, pensamos que se ha abierto la puerta a un posible aumento de los diferenciales.