Aunque la Reserva Federal baje los tipos, es probable que los mercados emergentes sigan teniendo que sortear un dólar estadounidense bastante fuerte, un crecimiento mundial débil y un calendario electoral mundial muy apretado. Vemos las mayores oportunidades en la deuda core en divisa local y en la deuda frontera en divisa fuerte.
Actualmente somos partidarios de mantener cierta duración local en países en los que las presiones inflacionistas siguen disminuyendo y las políticas monetarias se vuelven más acomodaticias. Muchos de ellos se encuentran en América Latina, incluidos Brasil y México, pero también nos gusta la duración en Sudáfrica, donde los tipos reales están cerca del tramo más alto de los rangos históricos y todavía tienen cierto colchón frente a los bonos del Tesoro estadounidense.
Es probable que los bancos centrales asiáticos comiencen a bajar los tipos más tarde que el resto de los mercados emergentes y la deuda asiática en moneda local tiende a estar más correlacionada con los mercados mundiales, pero vemos oportunidades de duración en China, Indonesia y Corea del Sur. En China, los bajos rendimientos parecen justificados por la inflación obstinadamente baja y los retos de crecimiento. Mientras, la política monetaria parece restrictiva tanto en Indonesia como en Corea del Sur, especialmente tras la sorprendente subida de tipos de Indonesia en octubre. Mantenemos la cautela en Europa Central.
La inflación parece haberse recuperado (aunque es improbable que vuelva al objetivo previsto) y el crecimiento ha sido lento, pero estas tendencias se reflejan en los rendimientos locales, con ciclos de relajación agresivos descontados en los bonos. Dentro de la deuda en divisas fuerte, los diferenciales son bastante estrechos en las principales economías emergentes, pero si se produce una recesión en EE.UU., la duración en dólares debería compensar el impacto de la ampliación de los diferenciales sobre los rendimientos. Estas tenencias también ofrecen ventajas de diversificación. Algunos ejemplos de crédito de mayor calificación en los que tenemos convicción son Corea y México.
También encontramos valor en algunos emisores de deuda corporativa en dólares. Los fundamentales de las empresas de los mercados emergentes parecen gozar de mejor salud, ya que sus responsables de tesorería han adoptado en su mayoría un enfoque más prudente en materia de endeudamiento. La representación geográfica y la estructura de riesgo de las empresas de los mercados emergentes son bastante diferentes de las de los soberanos, por lo que aportan un elemento de diversificación. Los bonos con grado de inversión a más corto plazo dentro del mundo corporativo han demostrado ser bastante resistentes en tiempos de volatilidad y pueden ayudar con el posicionamiento defensivo.
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