Aunque estas iniciativas tienen un enfoque más pragmático, en línea con lo que los mercados esperaban, es probable que no se vea una estrategia clara en materia de aranceles y relaciones comerciales hasta que pase algo de tiempo.

Las reuniones de los bancos centrales también fueron clave a finales de 2024. En particular, la reunión de diciembre de la Reserva Federal (Fed), que sorprendió a los inversores al ajustar al alza sus previsiones de inflación y, como consecuencia, las expectativas sobre los tipos para este año.

Desde entonces, los principales miembros del comité de política monetaria de la Fed han dejado claro que, después de haber recortado rápidamente los tipos en 100 puntos básicos (es decir, un 1%) durante el segundo semestre de 2024, el banco central será mucho más prudente a la hora de decidir si sigue bajando los tipos en los próximos meses. Aunque la Fed había anticipado dos recortes de tipos en 2025, los mercados han ajustado sus expectativas a la baja desde principios de año. De hecho, los rendimientos de los bonos a 10 años (que reflejan cómo se espera que evolucionen los tipos en la próxima década) han subido unos 100 puntos básicos desde que la Fed empezó a reducirlos en septiembre.

Aunque la atención en diciembre se centró en la Fed, creemos que el Banco Central Europeo (BCE) tiene más posibilidades de cambiar su política monetaria este mes. Tras tomar la decisión de bajar los tipos en diciembre, el BCE indicó en su comunicado que sus decisiones seguirían dependiendo de los datos. No obstante, un ligero cambio en su mensaje nos sugiere que el BCE se inclina por recortar los tipos en la próxima reunión.

Antes de la reunión de diciembre, el BCE había señalado que los datos serían los que guiarían sus decisiones sobre cuánto tiempo y en qué medida mantendría una política más restrictiva. Sin embargo, en diciembre, el BCE cambió ligeramente su enfoque: mencionó que los datos seguirían siendo importantes y que influirían en las decisiones sobre la magnitud de los futuros recortes, pero aclaró que no basarán sus decisiones exclusivamente en dichos indicadores.

Como el banco central sigue considerando que las condiciones actuales son restrictivas, creemos que esto indica que tiene confianza en sus previsiones de inflación y seguirá recortando los tipos. Así pues, parece poco probable que los datos sobre el crecimiento o la inflación cambien significativamente la opinión del BCE, por lo que creemos que lo más probable es un recorte de 25 puntos básicos.

Claves de la próxima semana

Además de las reuniones de la Fed y el BCE, la semana que viene se publicarán varios datos importantes.

En EEUU y en la zona euro se dará a conocer la primera estimación del PIB correspondiente al cuarto trimestre. En EE. UU., las expectativas apuntan a un crecimiento anualizado cercano al 3%, mientras que en la zona euro se espera que sea algo inferior al 1%. Esta diferencia en las tasas de crecimiento es mayor de lo habitual, pero parece que continuará, a menos que haya cambios inesperados en la política económica durante el próximo año.

En EEUU, también se espera que los pedidos de bienes duraderos se recuperen de la debilidad observada en noviembre. Además, el índice PCE subyacente (Índice de precios de los gastos de consumo personal), que es la medida de inflación objetivo de la Fed, se espera que se sitúe ligeramente por encima en diciembre. Por otro lado, el índice de costes laborales del cuarto trimestre podría mostrar un crecimiento anualizado cercano al 4%.

En la zona euro, además de la estimación del PIB, los indicadores de confianza empresarial de la Comisión Europea nos darán pistas sobre si se ha producido alguna mejora en la debilidad observada a finales de 2024. También se publicarán datos sobre la oferta monetaria, que deberían reflejar una ligera mejora, a medida que los recortes de tipos del BCE comienzan a influir poco a poco en las decisiones de concesión de préstamos. En Alemania, la encuesta IFO ha permanecido por debajo de los niveles prepandémicos a lo largo de todo el periodo posterior a la Covid-19. Sin embargo, parece que esta tendencia continuará, lo que podría estar en línea con un crecimiento nulo o ligeramente negativo del PIB en el cuarto trimestre. La inflación alemana de enero será seguida de cerca, dada la experiencia del año pasado con grandes ajustes de precios a principios de año.

Por otro lado, en China, el índice PMI del sector manufacturero de Caixin dará a conocer si la mejora observada a finales de 2024 se ha mantenido en el inicio de este nuevo año. En Reino Unido, el índice CBI de confianza empresarial mostrará un retroceso similar al de otras encuestas realizadas desde el presupuesto de octubre. Finalmente, en Japón, los datos sobre el mercado laboral, el gasto de los consumidores y la construcción de viviendas cerrarán la semana, junto con la publicación del IPC de Tokio.

Aunque el comienzo de este nuevo año sigue transcurriendo de manera habitual, la toma de posesión del presidente Trump nos recuerda que 2025 traerá cambios importantes.