La inflación japonesa se mantiene muy por encima de su objetivo oficial, lo que aumenta las esperanzas de que el Banco de Japón pueda alcanzar su ansiado objetivo de lograr una inflación sostenible del 2%. El aumento se debe en gran parte al incremento de los costes de los bienes importados, como los alimentos y la energía. Sin embargo, se espera que esta tendencia se ralentice en los próximos seis meses, a medida que el yen japonés se estabilice y los costes de producción se moderen. Pero el incremento gradual de los salarios, impulsado por la escasez de mano de obra, podría impulsar al alza los precios de los servicios.

El crecimiento del salario nominal se está acelerando en consonancia con el acuerdo salarial anual del pasado mes de abril. El Banco de Japón presta también especial atención al crecimiento de los «salarios de contratación» procedentes de los anuncios por internet, que están aumentando a un ritmo aún mayor, lo que se debe en parte a la escasez de ingenieros informáticos. Las subidas del salario mínimo y la normativa adicional destinada a limitar las horas extraordinarias en transporte y logística podrían continuar impulsando al alza la remuneración de más trabajadores.

Es probable que la revisión salarial anual («Shunto»), acapare toda la atención en el primer trimestre del año. Se espera que esta negociación anual entre sindicatos y patronal confirme la tendencia de aumento de los salarios provocada por las subidas de precios. Las compañías tendrán que prestar más atención a la atracción del talento, sobre todo entre los trabajadores más jóvenes, a los que cada vez les interesa menos el empleo de por vida en compañías tradicionales o en el ámbito público.

La consecución de una tasa sostenible de inflación del 1-2% tiene importantes consecuencias para la política monetaria en el futuro. El Banco de Japón podría poner fin a su política de tipos de interés negativos en el primer semestre de 2024, y podrían aprobarse subidas de tipos adicionales si la inflación y las perspectivas económicas siguen siendo positivas. No obstante, el banco central tendría que continuar gestionando atentamente el mercado para evitar cualquier posible episodio de volatilidad inesperada. No parece probable que los cambios en la política monetaria del Banco de Japón vayan a afectar en gran medida al yen. Aunque el tipo de interés nominal del país podría aumentar con el tiempo, si el diferencial del tipo de interés real con Estados Unidos se mantiene sin cambios no pensamos que el tipo de cambio entre el dólar y el yen vaya a registrar cambios significativos.

Para que la inflación sea sostenible, los salarios reales tienen que ser positivos. Hay cierta preocupación en relación con este aspecto. La demanda nacional podría debilitarse antes de que mejore el crecimiento del salario nominal. Este crecimiento no ha seguido el mismo ritmo que la inflación, lo que ha provocado la caída del salario real y el debilitamiento del consumo de las familias. Para que el salario real sea positivo, la inflación tiene que ralentizarse y el crecimiento salarial acelerarse, lo que podría ocurrir en algún momento del primer semestre de 2024. Hasta entonces, sin embargo, los hogares deben estar preparados para seguir tirando de ahorros. Además, la debilidad de la economía china o una recesión en Estados Unidos también podrían interrumpir el proceso.

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