La Reserva Federal mantiene su enfoque de dependencia de los datos y está comenzando a trasladar su atención hacia el ámbito del empleo, por lo que pensamos que las condiciones del mercado laboral podrían marcar la senda de sus futuras decisiones políticas. En una línea similar, el Banco de Inglaterra y el Banco Central Europeo también recortaron los tipos de interés en 25 puntos básicos en el tercer trimestre de 2024, haciendo especial hincapié en la dependencia de los datos y sin comprometerse de antemano a una trayectoria de tipos en particular.

Es probable que la divergencia de las políticas monetarias mantenga el protagonismo en los próximos meses. El Banco de Japón continúa siendo la excepción en los mercados desarrollados, ya que se ha embarcado en un ciclo de subidas de tipos para poner fin a una era de tipos de interés negativos. Mantenemos un enfoque de relativa prudencia en lo que respecta a los tipos japoneses ante la posibilidad de que la entidad realice nuevos ajustes en su política, en respuesta a posibles presiones sobre la divisa. En Europa, la trayectoria de flexibilización de la política monetaria podría depender de la importancia que otorguen sus responsables políticos a los riesgos a la baja para el crecimiento, frente al ritmo y la progresión de las presiones salariales y la inflación de los servicios.

Seguimos favoreciendo las posiciones orientadas al aumento de la pendiente de la curva, con preferencia por Estados Unidos y, en menor medida, Europa. Aunque no parece que exista un riesgo de recesión inminente, el mercado reconoce que el riesgo está ahí, a pesar de no considerarlo el escenario más probable. El posicionamiento a favor de un aumento de la pendiente de la curva continúa generando valor en una amplia gama de posibles resultados y escenarios económicos. Por otra parte, se espera que la Reserva Federal sea el banco central más agresivo en esta nueva fase de recortes de tipos de interés, tras haberlo sido también en el ciclo de subidas.