Las iniciativas políticas estadounidenses siguen llegando sin parar. El trabuco arancelario apunta ahora a Europa y la perspectiva de un posible acuerdo de paz en Ucrania ha desconcertado a los líderes europeos. En la actualización de esta semana, intentaremos calcular el impacto en las economías de Europa y el Reino Unido.
Empecemos por los aranceles. Mientras que las amenazas arancelarias a Colombia, México y Canadá no se han aplicado (al menos, todavía no), creemos que los aranceles a Europa seguirán adelante. Prevemos que los aranceles sobre el acero y el aluminio se aplicarán a partir del 12 de marzo, con aranceles recíprocos a principios de abril. Los aranceles sobre el acero y el aluminio, si se fijan en el 25%, tendrían obviamente un gran impacto directo, pero el tamaño global del comercio entre EE.UU. y la UE es pequeño en esta área. Los aranceles recíprocos, en los que EE.UU. iguala sus aranceles a los europeos, podrían tener un alcance mayor. En algunas categorías de productos el impacto podría ser significativo. La UE está ofreciendo reducir algunos aranceles comunitarios, como los aplicados a los automóviles, y comprar más GNL y equipos de defensa a EE.UU. si Trump se retrae de aplicar aranceles. Esto sería una buena noticia desde una perspectiva macroeconómica para ambas partes, pero -de momento- no hay ningún acuerdo concreto. El Reino Unido se ve menos afectado por todo esto, dado que mantenemos una amplia balanza comercial con Estados Unidos y nos centramos en los servicios, que no están sujetos a los aranceles amenazados.
Las relaciones entre Washington y la UE se han enfriado recientemente como resultado del enfoque de Trump sobre Ucrania. Trata de alcanzar un acuerdo de paz directamente con Putin, dejando fuera a Ucrania y a Europa. Los líderes políticos europeos no se ponen de acuerdo entre ellos y están aterrorizados ante la perspectiva de tener que enfrentarse a Rusia directamente a través de una misión de mantenimiento de la paz sin el apoyo de Estados Unidos. El artículo 5, el acuerdo de defensa mutua que permite a Europa cobijarse bajo el ala de la defensa estadounidense, podría entonces ponerse en entredicho. Desde una perspectiva macroeconómica, es muy probable que esto provoque una expansión fiscal en Europa. Los líderes europeos se verán obligados a aumentar el gasto en defensa y Bruselas contempla flexibilizar sus normas fiscales para facilitarlo. Mientras tanto, en Alemania, si las elecciones de la próxima semana dan a los partidos centristas la mayoría de dos tercios necesaria para modificar la Constitución, es probable que se suavice el «freno de la deuda». Con unos tipos de interés bajos y un débil crecimiento económico, la relajación fiscal sería una buena noticia para la economía europea. La política fiscal británica está muy limitada, y el primer ministro ha declarado recientemente que no hay planes para seguir aumentando el gasto en defensa.
Los precios de la energía, presionados al alza por la guerra en Ucrania, han subido recientemente por otras razones, pero es probable que caigan significativamente a medio plazo, haya o no un alto el fuego en Ucrania. Ya tratamos este tema en una actualización reciente.
A los efectos directos del bombardeo político de Trump se añade la incertidumbre, que en sí misma puede disuadir la inversión y el gasto de forma más general. • Los próximos índices de gestores de compras, que se publicarán esta semana, darán algunas pistas al respecto.
Todo ello en un contexto en el que la economía de la eurozona mejora lentamente. Aunque el Reino Unido obtuvo la semana pasada unos datos del PIB mejores de lo esperado, los próximos meses serán claramente difíciles, ya que es probable que los fuertes cambios fiscales aumenten la inflación y el desempleo.
¿En qué situación quedan los mercados financieros? Somos prudentemente optimistas respecto a los activos de riesgo, dada la recuperación económica mundial y la caída de los tipos de interés. De hecho, la renta variable, sobre todo en Europa, ha ignorado en general todas las noticias geopolíticas negativas. Mantenemos esta opinión, aunque preferimos el mercado estadounidense, donde las incertidumbres son menores.