Vuelta de verano, septiembre con mucha volatilidad, ¿qué balance hacéis de los primeros meses del año?

Los tres primeros trimestres han sido bastante buenos en todo. Solo ha habido dos sustos, desde el punto de vista de volatilidad de las bolsas, pero el balance es bueno porque se ha descontado permanentemente el comienzo de tipos de interés de los bancos centrales, de los principales, Inglaterra, el BCE y la Reserva Federal, que comenzará prácticamente ya. Y luego, incluso, ha habido bajadas de tipos de interés en otros bancos globales, de zonas emergentes, que influyen lógicamente en la economía global. Lo juntas todo eso y lleva a un mejor ambiente, mayor liquidez, las bolsas se han mantenido bien, incluso con unos beneficios que están en la línea de lo esperado, pero que la línea de lo esperado tampoco era brillante, entonces no han dado sustos y no más vienen reaccionado positivamente, prácticamente todos los mercados de renta variable. 

Y la renta fija, ha tenido dos fases. Una bastante negativa, por ese retraso, se descontaba bajadas de tipos más veloces por parte del mercado y los bancos centrales han retrasado estas bajadas de tipos porque la inflación no se ha encauzado a suficiente velocidad. Eso ha hecho que los bonos soberanos sufrieran bastante la primera parte del año y empezaron a recuperar más o menos en el verano y especialmente este septiembre. Los bonos corporativos, en general, han tenido un comportamiento bastante razonable, razonablemente bueno. Con lo que años como éste, si sumamos alguna materia prima, como es el oro que ha ido muy bien, y alguna inversión alternativa en sectores nichos específicos, que también lo están haciendo bien, pues es un año bueno de mercado por ahora.

Tenemos un contexto geopolítico complicado, ¿cómo creéis que afectarán las elecciones a los mercados?

No creo que lo haga mucho. La geopolítica y las elecciones y demás siempre están ahí, entonces nunca puedes estar tan dependiente de lo que pasa en la política de los países porque si no, te quedarías en casa. 

Creo que el tema de Oriente Medio, es un tema relativamente ya encauzado porque podría haber un salto de tensión en función de la política de Irán; el tema de Ucrania está enquistado y dependerá, a mi humilde entender, de cuánto dinero en armas quiera gastarse Estados Unidos en función de su lobby armamentístico, y cuando eso acabe se frenará el conflicto, siempre que Zelensky acepte llegar a algún lugar común y Putin a sí mismo. Y luego las elecciones en Estados Unidos, que es una cosa maravillosa porque han demostrado lo rápido que puede cambiar la tendencia de quién puede ser el ganador simplemente cambiando el candidato en plena campaña, puede pasar cualquier cosa. Yo no soy especialmente proclive Donald Trump, que es un personaje bastante peculiar en muchísimas cosas, pero es más promercado que Kamala Harris, que es más, vamos a decir, advenediza y se deja llevar en función de las tendencias, vamos a decir, progresistas entre comillas del momento y de sus votantes asesores. Por lo que desde el punto de vista de los mercados sería mejor probablemente que ganase Trump, a que ganase Harris, pero luego al final gane quien gane la economía americana, probablemente confío, va a tener ese aterrizaje suave que esperamos.

¿En qué posición queda el sector de infraestructuras con la reciente política de los bancos centrales?

Todos los sectores que necesitan financiación fuerte, porque tienen, vamos a decir, una relación con el ciclo más relativa y con elementos no necesariamente causa efecto, y un caso son las infraestructuras, que dependen en buena medida de temas políticos, de los programas, de quiénes están al poder y de la capacidad que tienen los países de endeudarse y de invertir en la mejora de estas, por supuesto también del sector privado, como decía Draghi el otro día para Europa. Por lo que las bajadas de tipos son buenas para infraestructuras, como son buenas para otros sectores como el inmobiliario o las utilities en general. 

El sector de las infraestructuras se va a ver beneficiado probablemente. Una buena elección de compañías y un buen timing en la inversión puede llevar a tener un componente en cartera, que en los próximos años nos de bastante vida, a efectos de compensación con otros elementos más volátiles, porque es un sector que se incorpora bien a los ciclos de tipos a la baja.

En este contexto, ¿cómo estáis gestionando las carteras de vuestros clientes?

Llevamos todo el año más bien cautos en renta variable global, pero hemos sobreponderado últimamente la renta variable europea por diversos motivos, pero especialmente porque Europa está bastante complicada, y todo lo que venga debería ser un poco mejor, incluidos los resultados de las compañías ahí en ese saco. 

La renta variable europea nos gusta, creemos que, por supuesto, es estructural, hay que en Estados Unidos, principal economía del mundo que lo es y lo va a seguir siendo. Estamos temerosos con la renta variable emergente porque China sigue aletargada y con sus problemas que no consigue encauzar para resolver. Y luego, muy favorable esa renta fija, cada vez menos a corto plazo porque obvio, la bajada de tipos hace que el monetario sea menos atractivo, de menos retorno y más plazos medios de 2, 3, incluso 4 años de renta fija, pero siempre centrándonos en calidad, tanto soberanos como corporativos. 

En estos momentos los bonos de alto rendimiento no ofrecen una compensación suficiente desde el punto de vista del diferencial con los bonos corporativos de grado de inversión, de más calidad, para asumir un riesgo de equivocarte, de que las cosas vayan mal, podría suceder y que hubiera una cadena de default, un incremento de lo que es el ratio de impago que ahora está muy bajo. Por lo que creemos que ese riesgo que es asimétrico en el high yield, no así en bonos soberanos y corporativos de calidad en plazos más bien cortos/medios. 

Hay que seguir contando con el oro en cartera. La presencia de oro debe ser un componente estructural y contar, por supuesto, con activos ilíquidos en los cuales infraestructuras acostumbra a ser uno y creemos que debe serlo más ahora de los componentes dentro de los ilíquidos. 

¿Qué perspectivas de mercado manejáis de aquí a final de año?

Lo ideal sería que no pasara nada, pero probablemente sí que van a pasar cosas porque es altamente improbable que de aquí al final de año sea esto una balsa de aceite. 

La preocupación principal viene en el sentido de que en Estados Unidos el aterrizaje suave sea un poco abrupto y los resultados de las empresas no respondan con respecto a lo esperado, eso creará correcciones en renta variable. Problemática en renta variable es posible que haya ajustes de índices, no creemos que esos ajustes de índices a la baja sean una señal de compra evidente, pero sí selectiva porque el fondo de mercado va a seguir siendo positivo, ciclo bajista de tipos. Y en los bonos seguir estando primando más menos corto plazo y más plazos medios y calidad.