Tenemos dos noticias para el mercado. La mala es que 2023 seguirá dominado por la incertidumbre. La buena es que no puede ser tan malo como 2022. Este recién estrenado ejercicio será otro año de volatilidad, en el que el papel de los gestores activos será más importante que nunca a la hora buscar y encontrar oportunidades para la cartera.
PERSPECTIVAS GESTORAS 2023
Si por algo ha destacado el año que acabamos de dejar atrás es por la rapidez con que ha ido todo. “A mediados de 2021 por primera vez apareció la perspectiva de que en 2023 tendríamos la primera subida de tipos y solo un año después pasamos de cero a cuatro subidas de tipos de interés tras un entorno en el que se nos había advertido que la inflación era transitoria”, recuerda Sebastián Velasco, Country Head de Fidelity International.
A estas alturas nadie duda de que el entorno es complicado. “Los Bancos centrales han actuado tarde y mal, y las posibilidades de una inflación de segunda ronda son altas viendo que en Europa los precios siguen presionados por la parte energética y el problema va a persistir porque no tenemos renovables”, dice Consuelo Blanco, responsable de análisis de fondos de Estrategias de inversión. Unos organismos que se han tirado diez años intentando generar una inflación que no se producía y que, cuando ha llegado la pandemia y la crisis de suministros -que han tenido implicaciones inflacionistas- decían que era transitoria.
“Necesitan subir tipos pero no saben bien cuánto y durante cuánto tiempo para controlar la inflación que se pueda generar y, desde ese punto, soy poco creyente en la infalibilidad de los Bancos Centrales que ya no consiguieron lo que querían con las políticas que aplicaron en su momento (al final la inflación que tuvimos fue resultado de una serie de factores ajenos a lo que se había hecho con políticas de liquidez) y ahora no saben muy bien si efectivamente la inflación de 2023 será del 3% o el 6% y estamos todos pendientes de eso para ver la evolución de los tipos de interés”, dice el experto de Fidelity. Aunque una de las cosas que más decepciona, dice Alicia García, Country Head de M&G, es la falta de liderazgo que muestra el BCE, “siempre a rebufo de la FED aunque tengamos unos niveles de inflación más elevados”.
Más allá de cuánto y hasta cuándo subirán los tipos de interés, lo bueno del repricing de renta fija es que el inversor vuelve a tener un colchón. 2022 fue un año muy complicado en el que ha habido mucha frustración, pero en el que “lo más positivo que ha habido es que hay una alternativa a la renta variable y hay posibilidades más adecuadas para el inversor conservador”, admite la experta de M&G. A nivel estadístico, ha sido uno de los peores años de la historia en el mercado de renta fija “y eso nos tiene que poner en la perspectiva de que, si la estadística funciona, posiblemente no tengamos un año tan malo. Como industria tenemos que intentar racionalizar lo que hemos vivido y aprovechar las oportunidades, porque las hay”, dice Nabil El Asmar, Country Head de Vontobel AM.
En este sentido, “hay consenso en que el investment grade puede ser el activo por excelencia de este 2023. Si hubiera alguna sorpresa acerca de la guerra y otra novedad, hay mucha liquidez y podemos ver que activos que se han visto muy castigados (como Europa, Reino Unido, Japón o Small Caps…) rebotan”, asegura Rubén García Páez, Country Head de Columbia Threadneedle. En este sentido será importante ver “qué empresas tienen balances saneados, qué estrategia puede pasar por un momento de ralentización y estamos muy positivos en crédito”, asegura la experta de M&G que advierte de que la volatilidad seguirá estando presente, pero “es un buen momento de entrada ahora mismo”.
Pasamos del año de la inflación al año del crecimiento. “Se hablará menos de inflación a nivel mediático -porque no veremos los picos que ha habido en 2022- pero el problema sigue siendo grande para las empresas cuyos márgenes se estrechan de forma espectacular y habrá otras que no sabemos hasta qué punto podrán tolerar refinanciaciones a los nuevos tipos”, asegura Velasco.
En este sentido, dicen en el sector, es necesario explicar que lo que ha ocurrido es extremo y que viene después de varios años no típicos, con fuertes retornos en las bolsas. De ahí la importancia de mirar con un horizonte de largo plazo. Desde Columbia Threadneedle aseguran que, en temas de Asset Allocation, hay regiones como Japón o Emergentes que se han olvidado y esto en algún momento se puede revertir. “Me parece interesante el vaivén entre el value y el growth y, en este entorno, las compañías más competitivas que puedan mantener márgenes frente a la subida de costes, las denominadas quality, por valoración pueden ser interesantes”, dice García Páez.
La paradoja, dice el experto de Vontobel, es que durante gran parte del año 2022 han ido mejor los perfiles conservadores que los defensivos.
Uno de los primeros retos que deja este escenario es cómo explicar a los clientes que los índices de renta fija han caído más del 15% en 2022, pero que en 2023 hay oportunidades en la deuda. Otro de los retos que llega con la subida de los tipos de interés es si los distribuidores (especialmente bancos) mueven ficha hacia la oferta de productos -depósitos, garantizados…- que llevan años desaparecidos de la oferta. Por el momento en la industria miran con cierta expectación hacia un sector que ya ha lanzado productos como fondos de rentabilidad objetivo o carteras a vencimiento de deuda que, en definitiva, es dinero que no sale del círculo fondos de inversión y que puede tener más alternativas cuando venzan que aquellos que provienen de un depósito.
Otro de los retos, esta vez apuntando al inversor, es que de verdad pongan el foco en su rentabilidad real y no en la nominal. Si bien la experiencia de la inflación es distinta para cada uno, para un colectivo importante de inversores la única forma de tener rentabilidades reales positivas es introduciendo renta variable en cartera, porque incluso el Investment Grade se quedará corto.
Posicionamiento en 2023 según las gestoras
Rubén García Páez (Columbia Threadneedle): “Creemos que ha pasado lo peor en 2022 y hay grandes oportunidades en renta fija, especialmente en Investment Grade, a la espera de que surjan oportunidades interesantes en renta variable, donde vemos compañías con valoraciones muy interesantes” .
Sebastián Velasco (Fidelity): “Es el año en el que vamos a tener que ser muy cautos con los activos de riesgo. Estamos en una recesión inminente en Reino Unido y Europa, probable en EEUU, pero las valoraciones no están descontando que esto se produzca. Tenemos infraponderación en renta variable, neutros en renta fija y mantenemos la esperanza en lo que puedan traernos China y el Sudeste Asiático”.
Alicia García (M&G): “Cerramos un buen año con temas de renta variable que han funcionado bien, como dividendos e infraestructuras, y existen argumentos para que lo que sigan haciendo bien en un entorno de desaceleración económica como en el que nos adentramos en 2023. Estamos muy positivos en renta fija, en especial en crédito, porque descuenta un escenario excesivamente negativo frente a nuestras previsiones”.
Nabil El Asmar (Vontobel): “2022 ha sido un año excepcional a nivel estadístico, tanto la renta variable como la renta fija han tenido el peor comportamiento combinado de la historia e incluso la correlación de estos activos ha sido una de las peores. Con ese punto de partida y aunque la foto macro tenga algunas sombras, los gestores activos serán capaces de extraer las oportunidades que tenemos delante de nosotros en 2023”.
PERSPECTIVAS BANCA PRIVADA 2023
Dejamos atrás el año de la inflación y los Bancos Centrales y comienza el año de la economía real. Subidas de tipos, retiradas de estímulos y reducción del balance, son los factores que afectarán a los resultados de las compañías, las bolsas y, por ende, a la economía. Nadie duda a estas alturas de que habrá recesión, la pregunta es cómo de dañada dejará a la macro y cómo de rápido conseguiremos salir.
En 2022 quedó claro que el objetivo de los banqueros centrales era controlar la inflación y que la entrada en recesión de la economía sería un efecto colateral de sus políticas. 2023 será el año en que la economía decrece y tendremos que ver cuál será ahí la política de los organismos monetarios. Los futuros sobre fondos federales en julio de 2023 están en negativo. “Si los Bancos Centrales bajan tipos entonces será porque la economía ha entrado en recesión en mayo/junio y el desempleo ha caído tanto que necesitan bajar tasas. La pendiente de la curva está hiper invertida, suele tener razón al descontar la recesión, y es complicado que haya una recesión sin que afecten a los beneficios empresariales” asegura Miguel Uceda, Director de inversiones de Welzia Management.
Un año en el que será clave también la reducción del balance de los bancos centrales. “Creemos que irán poco a poco y el riesgo es que no lo hagan al ritmo que espera el mercado”, dice Virginia Pérez, Directora de inversiones de Tressis. Una experta que reconoce que estamos en ciclo bajista de mercados, momentos de retrocesos en el crecimiento y en los beneficios, además que la FED y el BCE han pasado de ser expansivos a restrictivos. “Lo bueno es que llevamos mucho recorrido y, ni los mercados bajistas son eternos ni las contracciones económicas lo son y, si no pasa nada catastrófico, somos moderadamente optimistas para este ejercicio”.
Si nos quedamos con esta idea, las oportunidades que se abren para este ejercicio son tanto para la parte de renta fija como para la privada. Juan Hernando, Head of Fund Selection de Morabanc, reconoce que una de las cosas que ha cambiado es que las yields de renta fija que se empiezan a ver en cartera son relativamente atractivas. “Estamos entrando más en la parte de crédito, en high yield somos cautos porque lo lógico si entramos en recesión es que se incrementen las tasas de impago y estamos tomando posiciones en subordinados financieros, aunque es un mercado más centrado en Europa, y en emergentes quizás para perfiles más agresivos”. En este sentido, el experto de Welzia asegura que “poco a poco hemos ido subiendo duración. Mantenemos la parte de bonos flotantes, hemos incrementado peso en duración americana y en investment grade”. Sabiendo que hay que mantener la cautela en un mercado que sigue siendo muy ilíquido donde cuesta comprar incluso en los momentos de mayor caída del mercado.
En renta variable, Ana López de Silanes, Directora de Gestión de Fondos de Inversión de Santander Private Banking, asegura que han incrementado peso “claramente con sesgo a EEUU. Por sectores, y con la rotación tan importante que ha habido en 2022, creemos que es momento de mirar compañías que ofrezcan valor a medio plazo. Pensamos que es hora de ser más constructivos y tomar algo más de riesgo”.
Desde Welzia se mantienen algo más prudentes con un sesgo hacia la parte de calidad o dividendos sostenibles. “Compañías con menos endeudamiento y que estén en sectores más defensivos sin que estén caros (utilities, telecos…) y con un ojo en la deuda”.
Hernando asegura que el momento es complicado en un mercado que lleva un año anticipando la recesión y, cuando empiece a descontar la salida de este escenario, “no te puedes quedar fuera. Nosotros vemos oportunidades en compañías de crecimiento que han estado muy penalizadas por la sensibilidad a los tipos cuando algunas no tienen deuda, todavía puede tener sentido la parte de value y buscar la calidad”. Este experto cree que es interesante el tema de dividendos para tomar posición a sectores que están fuera del foco y otras aproximaciones como fondos de infraestructuras o más conservadores.
La experta de Tressis advierte de una posición neutral en renta variable y quizás lo más distinto que pueden incluir en cartera es Europa “por el tema de los dividendos, porque hay compañías de calidad muy buenas y estamos en la vuelta de Europa, que quizás tenga descontado el escenario más dramático que pueda llegar a suceder”.
En cuanto a los activos que nos ayudarán a proteger las carteras, en el sector tienen claro que la diversificación, coberturas naturales como han sido en 2022 el dólar o las comodities pueden seguir funcionando. Ahora también habrá que mirar a sectores clave más sesgados a infraestructuras, financieras, etc., con sesgo más value y duraciones más cortas. Las carteras hay que cubrirlas según el escenario de riesgo que se tenga y, si el año pasado iba más por el tema de los tipos de interés, este año tendrá que ir por el tema del ciclo y serán coberturas diferentes.
En la industria defienden más que nunca el valor de la gestión activa en este escenario donde lo que ha ayudado mucho es tener otro tipo de activos que quizás no se tienen tan frecuentemente. Un año de gestión por fundamentales donde cada vez que se escoja una compañía o un bono será fundamental analizar los márgenes, beneficios, riesgo de impago… En definitiva, vuelta a lo básico.
Posicionamiento en 2023 según la banca privada
Juan Hernando (Morabanc): “Después de un año especialmente malo para los perfiles conservadores vemos algo de luz para la inversión en renta fija. Estaríamos más positivos en segmentos como crédito investment grade, donde vemos unas yield atractivas que pueden dar potencial de revalorización en próximos años. Esperamos que sea un ejercicio más relajado y positivo para los mercados” .
Ana López de Silanes (Santander Private Banking): “2022 ha sido un año complicado para los distintos activos de riesgo, fundamentalmente dirigido por la evolución de los precios que han alcanzado niveles no vistos en la historia, y creemos que seguirá siendo el eje fundamental que dirigirá a los mercados en 2023. Estamos más optimistas este año, especialmente positivos en deuda corporativa investment grade y, con prudencia, en renta variable con un sesgo más americano”.
Miguel Uceda (Welzia Management): “Pensamos que 2023 seguirá siendo un año complicado -no está todo claro a nivel económico-, aunque quizás vemos menos presión por la parte de los bancos centrales, con lo que la renta fija puede tener un respiro sobre todo con las yields que se han alcanzado. Tampoco se puede descartar una contracción o recesión, algo que no sería positivo ni para los activos de riesgo ni para los de crédito más arriesgado. Todavía cautos esperando asumir niveles de riesgo”.
Virginia Pérez (Tressis): “Seguiremos siendo prudentes este año. No es tiempo de anticipar movimientos. Continuamos en un mercado bajista, en un descenso en crecimiento y beneficios empresariales a la vez que tenemos bancos centrales en modo contracción. Una de las claves en 2023 es qué ocurrirá con el balance de los organismos monetarios”.