La bolsa estadounidense sigue marcando nuevos máximos históricos. Esto ha puesto nerviosos a muchos inversores ante la posibilidad de una caída. Pero ¿deberían los inversores sentirse incómodos invirtiendo cuando el mercado bursátil está en máximos? La conclusión de nuestro análisis de las rentabilidades obtenidas en bolsa desde 1926 es inequívoca: no.
De hecho, el mercado se encuentra en máximos históricos con más frecuencia de lo que podría pensarse. De los 1.176 meses transcurridos desde enero de 1926, el mercado alcanzó máximos históricos en 354 de ellos, el 30% de las veces. Y, de media, la rentabilidad en los 12 meses siguientes a un máximo histórico ha sido mejor que en otros momentos: Un 10,3% por encima de la inflación, frente a un 8,6% cuando el mercado no estaba en máximos. Las rentabilidades en un horizonte de dos o tres años también han sido ligeramente mejores por término medio (Gráfico 1).
Gráfico 1: La rentabilidad ha sido mayor si se ha invertido cuando la bolsa estaba en máximos históricos que cuando no lo estaba
Rentabilidad media ajustada a la inflación de la renta variable estadounidense de gran capitalización, con carácter anual.
Las diferencias se acumulan con el tiempo
100 dólares invertidos en el mercado bursátil estadounidense en enero de 1926 tendrían un valor de 85.008 dólares a finales de 2023 en términos ajustados a la inflación, lo que supone un crecimiento del 7,1% anual.
En cambio, una estrategia que saliera del mercado y entrara en efectivo durante el mes siguiente cada vez que el mercado alcanzara un máximo histórico (y volviera a entrar cuando el mercado no estuviese en máximos) solo valdría 8.790 dólares (Gráfico 2). ¡Un 90% menos! La rentabilidad de esta cartera habría sido del 4,7% en términos ajustados a la inflación. A largo plazo, las diferencias de rentabilidad pueden acumularse.
Gráfico 2: Vender acciones cuando el mercado estaba en máximos históricos habría destruido el 90% de su patrimonio a muy largo plazo
Crecimiento de 100 dólares, términos ajustados a la inflación.
Este análisis abarca un horizonte temporal de casi 100 años, más de lo que la mayoría de la gente planifica. No obstante, incluso en horizontes más cortos, los inversores habrían perdido mucha riqueza potencial si se hubieran asustado cuando el mercado estaba en alza (Gráfico 3).
Gráfico 3: Vender acciones cuando el mercado estaba en máximos históricos habría destruido el 90% de su patrimonio a muy largo plazo
Crecimiento de 100 $, ajustado a la inflación.
No hay que preocuparse por los máximos históricos
Es normal sentir nerviosismo por el futuro cuando la bolsa está en máximos históricos, pero ceder a ese sentimiento habría sido muy perjudicial para el patrimonio. Puede haber razones válidas para no decantarse por las acciones, pero que el mercado esté en máximos históricos no debería ser una de ellas.
Hay vida más allá de los 7 Magníficos
Lo que sí estamos presenciando es que la idea de que los 7 magníficos (el grupo de compañías formado por Alphabet, Amazon, Apple, Meta, Microsoft, Nvidia y Tesla) son los únicos impulsores de la rentabilidad de los mercados bursátiles ha quedado caduca. Una proporción significativa de valores ha obtenido mejores resultados, tanto en EE.UU. como a escala internacional y, de hecho, el sector estadounidense de servicios públicos es el más rentable en 2024.
Ya no es sólo un puñado de empresas estadounidenses las que se prevé que ofrezcan un elevado crecimiento de los beneficios. Las perspectivas de beneficios se han ampliado y ahora la perspectiva es que casi la mitad de las compañías estadounidenses obtengan un crecimiento de beneficios de dos dígitos en los próximos 12 meses.
Además, la inflación de EE.UU. ha caído por debajo del 3%, el punto óptimo histórico para la renta variable, pues las probabilidades de superar la inflación han sido mayores cuando se ha situado en el intervalo del 1-3%. En este sentido, las empresas de pequeña capitalización han disfrutado especialmente de este entorno en el pasado y ahora cotizan en niveles récord de abaratamiento frente a las empresas de gran capitalización. También el estilo de calidad tiende a funcionar bien en todos los entornos de recortes de tipos, como el que se ha iniciado ya, mientras que los valores de crecimiento lo hacen mejor si se evita una recesión, como prevemos.