En EE.UU., con los demócratas habiendo reemplazado al candidato de su lista y después de un intento de asesinato de Donald Trump, el candidato del Partido Republicano, la carrera por la Oficina Oval aún parece estar muy abierta aún. Hasta hace poco, las encuestas habían sugerido que Trump iba por delante en seis estados clave donde se espera que el resultado de las elecciones sea muy ajustado (los llamados "estados oscilantes" o “estados bisagra”). Sin embargo, según las encuestas de opinión publicadas en los últimos días, al menos parece que el impulso se está inclinando a favor de los demócratas y la que posiblemente termine siendo su candidata final, Kamala Harris. Un punto clave no es solo lo que hay en el programa de cada partido, sino cuáles son las posibilidades de que cualquiera de los partidos pueda realmente hacer realidad sus propuestas políticas, considerando que el escenario más probable sea un gobierno dividido, en el que la Cámara de Representantes y el Senado están controlados por diferentes partidos. Esto, probablemente daría lugar a una importante negociación entre ambos lados. En esencia, sin embargo, se puede esperar que un segundo mandato de Trump genere un cambio más pronunciado en el entorno del mercado, ya que la dirección general de la política estadounidense podría divergir mucho más de lo que hemos visto en los últimos cuatro años. Sobre la base de la información pública disponible, un traspaso de poder en EE.UU. puede tener un efecto negativo en los mercados de renta variable no estadounidenses a medio plazo (debido a la probabilidad de una política comercial más agresiva y centrada en EE.UU.) y un efecto positivo en el oro (dada la posible merma de la independencia del banco central de EE.UU., la Fed).
El resultado de las elecciones legislativas de Francia ha dejado la compleja tarea de formar un gobierno, que presumiblemente dará lugar a algún tipo de coalición. Esta es una situación poco familiar y algo así como un experimento para el sistema político francés y que probablemente no dará lugar a un gobierno estable con una agenda política claramente definida. Los mercados de bonos, en particular, estarán enfocados en las políticas de gasto público de cualquier potencial alianza, mientras que la Unión Europea ya ha lanzado contra Francia un procedimiento de déficit excesivo ya que registra un nivel que viola las normas presupuestarias. La incertidumbre resultante se ha reflejado en mayores diferenciales entre los rendimientos de los bonos gubernamentales franceses y alemanes, que han alcanzado 70 puntos básicos en los títulos a 10 años (a principios de agosto). Por el momento, no se espera que haya una caída rápida a los niveles vistos antes de que se convocaran las elecciones. Mientras tanto, el conflicto en Oriente Medio sigue tenso y no se puede descartar ninguna confrontación directa o indirecta entre Israel e Irán. Esto último probablemente resultaría en un aumento en los precios de la energía. Desde que alcanzó un pico temporal en abril de este año, el precio del petróleo ha seguido una trayectoria volátil y ligeramente a la baja. Esto muestra que, actualmente, el mercado no está particularmente preocupado.
Lo que verdaderamente importa es el panorama macro general, en el que el aterrizaje suave para la economía estadounidense se está convirtiendo en el escenario más probable. Si bien el crecimiento económico de EE.UU. parece estar disminuyendo un poco, se mantiene dentro de un rango de utilización de la capacidad normal y, por lo tanto, adecuado. La inflación continúa con una tendencia a la baja; la economía parece haber dejado atrás un repunte temporal del crecimiento de los precios en el primer trimestre del año. Esto le da a la Fed la oportunidad de considerar seriamente sus primeros recortes de tipos.
Una situación similar se aplica al Banco Central Europeo (BCE), que ya ha dado su primer paso al recortar tipos. Sin embargo, a diferencia de EE.UU., se enfrenta a una perspectiva mucho más sombría para el crecimiento económico. De hecho, el repunte económico anticipado por el BCE (y por muchos analistas) se espera que sea, al menos por el momento, más débil de lo que se proyectó inicialmente. Por otro lado, esto ha aumentado la probabilidad de una nueva bajada de tipos.
Al atravesar el ruido del flujo de noticias, el panorama para las clases de activos de mayor riesgo puede describirse generalmente como suficientemente positivo. Mirando más de cerca los mercados bursátiles, el fuerte rendimiento de un puñado empresas contrasta con una multitud de acciones que recientemente han registrado modestos beneficios. Cuanto más optimistas sean las perspectivas para la economía (estadounidense), lo cual parece dudoso a corto plazo, y cuanto mayor sea el número de bajadas de tipos que permita el entorno desinflacionario a los bancos centrales, más probable parece que en el mercado de renta variable el buen comportamiento se extienda a otros segmentos del mercado.
Olvidando el ruido de las noticias, el panorama actual sugeriría la siguiente asignación táctica para acciones y bonos:
- Los mercados mundiales de renta variable deberían salir bien parados en caso de un aterrizaje suave para la economía estadounidense. Sin embargo, este panorama favorable parece ser el escenario base para la mayoría de los inversores, por lo que hay poco margen para sorpresas positivas.
- Hasta ahora, la temporada de resultados del segundo trimestre se puede describir como mixta, con expectativas de avance ligeramente más altas de lo habitual. En EE.UU., el crecimiento modesto de los ingresos fue un aspecto negativo, aunque en muchos casos las empresas lograron mantener o incluso expandir sus altos márgenes de beneficio. Las empresas con resultados o perspectivas más débiles se han encontrado con una respuesta comparativamente dura de los mercados.
- Una ampliación en el número de compañías con buen desempaño en el mercado sería beneficiosa para la renta variable, especialmente en EE.UU. Hay razones de sobra para suponer que un crecimiento cíclico más fuerte y los recortes de tipos impulsados por la (des)inflación podrían considerarse especialmente beneficiosos para las acciones de menor tamaño y otros segmentos relegados, como los cíclicos. Es probable que el impulso de las bajadas de tipos tenga un mayor impacto a corto plazo sobre el mercado que la recuperación económica.
- En los mercados de renta fija, la curva de tipos se ha vuelto notablemente más pronunciada y ahora está menos invertida. A medio plazo, una mayor normalización de las curvas a ambos lados del Atlántico parecería probable, principalmente debido a una caída en los rendimientos en el extremo corto. En los tramos largos, el potencial de que continúen cayendo los rendimientos parece limitado.
- El tipo de cambio Euro/Dólar ha estado fluctuando lateralmente. En términos de diferenciales de tipos de interés, este movimiento lateral podría continuar, posiblemente con una tendencia hacia un euro más débil. Sin embargo, los factores políticos pueden anular esta tendencia en cualquier momento.
Tema de inversión: multiactivos
Aunque es probable que la renta variable siga siendo clave, un refrán tradicional está cobrando nueva relevancia: "Nunca pongas todos los huevos en la misma cesta".
Repartir los activos entre una serie de oportunidades de inversión (“multiactivos”) mejora la diversificación y estabiliza la cartera.
Un punto interesante en este sentido es que, tras la inversión de la política monetaria expansiva de los bancos centrales, que había impulsado tanto la renta variable como la renta fija, la correlación entre estas dos grandes clases de activos ha vuelto a normalizarse. Parece que la fase anterior en la que iban a la par ha llegado a su fin.
En general, esto sugiere que su correlación puede permanecer baja e incluso volverse negativa en un futuro cercano. Por lo tanto, no debería haber nada que se interponga en el camino de una recuperación de los multiactivos. No te dejes distraer por el ruido.
TE INTERESA
Si quiere aprender a invertir y gestionar su patrimonio, descubra la nueva sección de cursos gratuitos