La semana pasada, el presidente de la Fed, Jerome Powell, aprovechó su emblemático evento de Jackson Hole para enviar un mensaje claro a los mercados: se aplicará una "política restrictiva durante algún tiempo". Según Powell, se trata de una necesidad para recuperar el control de la inflación, aunque esto suponga "cierto dolor para los hogares y las empresas".
La noticia de que la Fed no se dejaba llevar por la alentadora publicación del dato de inflación de agosto ya había sido señalada por otros miembros del FOMC, en Vontobel creen que prudentemente, antes de Jackson Hole, por lo que probablemente no debería haber sido una gran sorpresa. No obstante, esta confirmación en la voz consensuada de la Presidencia de que el trabajo aún no estaba hecho en materia de inflación provocó un aumento del tipo terminal implícito de los fondos federales en el mercado y la venta de activos de riesgo, con una caída del S&P de más del 3% el pasado viernes.
Neel Kashkari, miembro de la Fed sin derecho a voto, siguió diciendo: "En realidad, me alegró ver cómo se recibió el discurso del presidente Powell en Jackson Hole", y que "la gente ahora entiende la seriedad de nuestro compromiso de volver a situar la inflación en el 2%".
Powell, sin embargo, fue menos revelador en cuanto a la magnitud de la subida que los mercados deberían esperar en la próxima reunión de septiembre. De hecho, este mes será un periodo muy importante para las reuniones de los bancos centrales, con decisiones sobre los tipos de interés de la Fed, el BCE y el Banco de Inglaterra en un espacio de dos semanas.
En estos momentos, los mercados están divididos por igual entre si se producen subidas de 50 o 75 puntos básicos por parte de cada uno de los bancos centrales, y las decisiones podrían depender de los datos que se publiquen previamente. En Vontobel creen que la publicación de datos importantes como el IPC, las encuestas del ISM, el empleo y el IPP en sus respectivas zonas geográficas determinará probablemente la magnitud de la subida de Powell, Lagarde y Bailey.
Sin embargo, como suele ocurrir, la retórica que rodea a las subidas podría ser mucho más importante. El BCE ha actualizado sus previsiones económicas, que seguramente incluirán un aumento más realista de los precios de la energía en un futuro previsible. Mientras que el Banco de Inglaterra debería tener más claro un nuevo gobierno del Reino Unido a medida que se acerca la elección del liderazgo conservador y debe intentar cimentar una mayor credibilidad con los mercados ante las crecientes predicciones de inflación del Reino Unido.
En particular, para Lagarde y Bailey vemos esto como una oportunidad para subrayar su compromiso con la inflación y exponer sus perspectivas para el resto de 2022 y el próximo año, al igual que hizo Powell en Jackson Hole. Y aunque acabamos de escuchar a la Fed, y escuchamos a los miembros del FOMC con frecuencia, la última publicación de los gráficos de puntos (Dot Plots) de la Fed será muy interesante, en particular si la tasa terminal prevista por los miembros del FOMC ha aumentado realmente, o si los recientes comentarios de Powell fueron sólo la reafirmación de un compromiso con las previsiones preexistentes.
Andrew Bailey dijo a principios de este año que en el mundo de los bancos centrales siempre hay otra reunión; sin embargo, actualmente cada reunión parece tener la importancia sísmica de un evento de Jackson Hole.