Según Amar Reganti, especialista de renta fija en Wellington Management, habiendo superado en ecuador del 2023, el proceso de recuperación de la debacle de 2022 ha comenzado en serio: a pesar de algunos episodios de turbulencias macroeconómicas por el camino, hasta la fecha, la mayoría de los sectores de renta fija han registrado rendimientos totales superiores positivos en relación con los bonos soberanos equivalentes en duración. "Consideramos que el resto del año seguirá presentando oportunidades de inversión para los inversores con visión de futuro en renta fija. Sin embargo, para tener éxito, creemos que es importante elegir con cuidado los puntos de entrada y ser consciente de los riesgos que plantea el panorama de inversión actual", puntualizaba.
Tres grandes conclusiones para los inversores
En un entorno de inflación persistente, tipos de interés oficiales más altos y otros vientos macroeconómicos en contra, destacamos los siguientes aspectos que son clave para los inversores en renta fija:
Favorecer los sectores de renta fija de alta calidad. A escala global, los tipos de interés se mantienen en niveles históricamente elevados tras las campañas de subidas de tipos emprendidas por la Reserva Federal estadounidense (Fed) y otros bancos centrales en su esfuerzo por frenar la persistente inflación. Los últimos datos muestran que la economía mundial se está desacelerando, aunque no tan rápidamente como cabría esperar en el contexto actual de endurecimiento significativo de la política monetaria, lo que pone de manifiesto la eficacia de la política fiscal para combatir la brusca recesión económica desencadenada por los brotes iniciales de la Covid-19 en 2020.
Sin embargo, nos preparamos para que los efectos retardados de una política monetaria más restrictiva, que suelen ser largos y variables, ralenticen aún más la economía mundial en el próximo periodo. Todavía es posible que se produzca una recesión a finales de este año, especialmente en Estados Unidos. En este contexto, nos inclinamos porque los inversores vayan hacia los sectores de renta fija de alta calidad, que pueden ser más resistentes ante los retos económicos y las rebajas de la calificación crediticia.
Es probable que la volatilidad de los mercados se mantenga. Aunque no prevemos el mismo grado de volatilidad exacerbada que el año pasado (cuando los mercados de capitales se vieron sorprendidos por los rápidos ciclos de subidas de tipos), creemos que es probable que se mantenga la volatilidad en la mayoría de los mercados, incluida la renta fija. Esta volatilidad podría provenir de múltiples fuentes:
• La inflación: Aunque está disminuyendo gradualmente en EE.UU., la inflación mundial ha demostrado tener un mayor poder de permanencia y ser mucho más dañina de lo que la mayoría de los observadores del mercado habrían pensado hace sólo un par de años. Sin embargo, creemos que lo peor ya ha pasado y que, por tanto, puede que hayamos alcanzado (o al menos nos hayamos acercado) al "horizonte de sucesos" del mercado de tipos de interés a largo plazo (gráfico 1).
- Los tipos de interés: Podría decirse que la subida de los tipos está compensando a muchos inversores por la volatilidad actual. Aunque los bancos centrales de todo el mundo se mueven a ritmos diferentes, en términos generales, no esperamos un retorno inmediato a un mundo de tipos bajos. Los tipos pueden tender a la baja con el tiempo, pero, a menos que se produzca una recesión grave, es poco probable que caigan precipitadamente. En este escenario, la renta fija puede ofrecer ventajas de carry y diversificación.
- El sector bancario: Creemos que las recientes tensiones en el sector bancario, sobre todo entre muchos bancos regionales de EE.UU., han puesto de manifiesto cierta fragilidad en la "fontanería" financiera mundial, ya que la política monetaria en todo el mundo se ha vuelto decididamente menos acomodaticia. El sistema financiero está empezando a mostrar grietas en su proverbial armadura.
- Riesgos geopolíticos: El prolongado conflicto entre Rusia y Ucrania, la dinámica del comercio mundial con China y el impredecible régimen norcoreano son solo algunos de los riesgos geopolíticos que podrían agitar periódicamente los mercados de capitales en los próximos meses. En EE.UU., las tensiones políticas en torno al aumento del techo de la deuda son una preocupación creciente en estos días.
El crédito parece tener un precio justo, pero hay que elegir los sitios. Siguen gustándonos las partes preferentes de la estructura de capital de las empresas y los sectores líquidos de alta calidad, como los valores respaldados por hipotecas de agencias, así como determinadas partes del universo de crédito con grado de inversión. Las estrategias de bonos core y core-plus pueden ofrecer diversificación de riesgo y carry en una economía en recesión, mientras que algunas estrategias de deuda soberana global y orientadas a la macroeconomía pueden beneficiarse de la volatilidad del mercado. Además, las carteras de crédito long/short pueden ser una forma de captar ineficiencias estructurales y dislocaciones emergentes en los mercados de crédito. Otra vía, para los inversores que puedan recurrir al apalancamiento y digerir la volatilidad potencial, podría ser bloquear la financiación a plazo para comprar crédito a través de un vehículo de obligación de préstamo garantizado.
Mantenerse flexible, ágil y oportunista.
En resumen, confiamos en que durante los próximos meses y trimestres surjan nuevas oportunidades de inversión en renta fija. Desde Wellington Management, creemos que ser flexibles, ágiles y oportunistas será fundamental para capitalizar cuando proceda y maximizar el potencial alcista de una manera consciente del riesgo.