La incorporación de empresas de mercados emergentes con grado de inversión puede ofrecer a los inversores una alta calidad con rendimientos atractivos. Esto se debe a que los rendimientos son más altos que los de la deuda con calificación comparable de empresas de países desarrollados, una consideración importante en un momento en que los bajos tipos de interés a nivel mundial dificultan más que nunca la generación de ingresos para los inversores.
Entre los mayores riesgos que se perciben en estos mercados es la normalización de la política monetaria, en gran medida impulsada por la Fed. Ello va de la mano de las preocupaciones sobre la inflación y las subidas de tipos de interés que ya han comenzado en algunas de estas economías. Sin embargo, el superciclo de materias primas, así como la recuperación de sus economías tras un avance significativo de la campaña de vacunación hace presagiar que 2022 podría ser un buen año en términos de ingresos empresariales.
Hay una amplia variedad de oportunidades de inversión en bonos corporativos de mercados emergentes, ya que se han expandido drásticamente en los últimos años. La diversidad de sectores se ha incrementado, incluso se ha permitido la inversión privada en empresas que antes eran estatales, apoyando así el crecimiento de las empresas privadas. Con ello, el mercado corporativo de mercados emergentes ha aumentado de tamaño y ha atraído más interés de los inversores, ofreciendo oportunidades de inversión en muchos sectores como metales y minería, energía, transporte, vivienda social, banca y telecomunicaciones entre otros. Es por ello por lo que la estrategia de Erste Bond EM Corporate busca beneficiarse de estos desarrollos.
Este fondo invierte en bonos corporativos de países emergentes a nivel mundial, dando acceso a los inversores de aprovecharse de estas oportunidades de crecimiento en economías la India, Brasil, Emiratos Árabes, México, Ucrania e incluso China, entre otros. El fondo tiene la capacidad de invertir anto en deuda corporativa como de instituciones crediticias y deuda gubernamental garantizada con y sin grado de inversión, con lo que la calificación promedio de la cartera es BB+. Además, el riesgo cambiario respecto al euro está prácticamente cubierto:
La volatilidad para un fondo de este tipo es alta, en torno al 8% con un ratio de Sharpe de 0,81, con el 75% de los meses con retornos positivos y una caída máxima del 10% en marzo del 2020, que compara favorablemente con sus competidores tanto a 1, 3 y 5 años.
Su gestor, Péter Varga, nacido en Hungría, habiendo comenzado su carrera en el sector en 1998 como analista de renta fija, y desde 2005 se unió a Erste Sparinvest en Austria. Su estilo de gestión lo define de momentum y basado en valor. Alcanza el rating A de Citywire, mientras que su fondo obtiene las 5 estrellas de Morningstar.
El patrimonio del fondo supera los 770 millones de euros, con dos clases: una institucional y otra retail. En el caso de la clase retail debemos comentar que alcanza una rentabilidad en lo que va del año de -0,35%, sin embargo, a 12 meses es del 2,12% y a 3 años del 5,92% anualizada (19% acumulada), y del 4% a 5 años también anualizada (19,9% acumulada). Con esta rentabilidad se posiciona en las primeras 5 posiciones de los casi 50 competidores.
Es una buena opción para incluir en una cartera para un perfil moderado como una opción de aportar rentabilidad a una cartera. A pesar de que los emergentes han estado fuera del apetito de los inversores en este año, consideramos que hacia adelante podrían y deberían volver al radar de los inversores.