Ante la diversificación de las cadenas de suministro que se está registrando en la era pospandémica, muchas compañías dirigen su mirada hacia la India como fuente adicional de capacidad manufacturera frente a la evolución de la economía china. Por ejemplo, la India se ha convertido en una alternativa viable en lo que se refiere a la fabricación de teléfonos móviles, electrodomésticos, material farmacéutico y otros productos tradicionalmente asociados a la base manufacturera de China.
China y la India: mercados que evolucionan de formas distintas
El auge de la economía india refleja también una tendencia en otros mercados emergentes. El crecimiento de las infraestructuras se acelera, los nuevos centros manufactureros impulsan las economías regionales y la transición energética atrae inversión extranjera a un conjunto más amplio de países emergentes.
«Los mercados emergentes ofrecen una coyuntura muy atractiva», afirme Brad Freer, gestor de renta variable. «La diversificación de las cadenas de suministro por parte de las multinacionales ofrece una gran oportunidad a países como la India, México e Indonesia, ya que amplía las opciones de inversión a las que pueden acceder los fabricantes europeos y estadounidenses. Por su parte, la fuerte caída del mercado chino ha creado oportunidades para invertir de manera selectiva en compañías con flujos de caja sólidos y una cuota de mercado dominante».
Además, añade Freer, las valoraciones se sitúan en su nivel más barato de los últimos diez años en la mayoría de los mercados emergentes en lo que respecta a la ratio precio-beneficio, y los bancos centrales de muchos de estos mercados cuentan con un amplio margen de recorte de tipos de interés.