En 2025 se abre un escenario favorable para el mercado de crédito, en continuidad con la tendencia positiva ya observada en el ejercicio precedente. Así, tres factores se perfilan como clave para seguir respaldando el buen desempeño de esta clase de activo: entorno macroeconómico, carry atractivo y otros aspectos técnicos que ahora desarrollaremos.
Con la disminución de las presiones inflacionarias y unos crecimientos estabilizadas – con ritmos diferentes según las distintas geografías -, el panorama macroeconómico parece prometedor. Así, desde un enfoque microeconómico, los balances de las empresas siguen siendo sólidos y las posiciones de tesorería están mejorando a nivel general. Así, los ratios de cobertura de intereses muestran ahora signos de mejora confirmando que se restablece una estabilidad financiera basada en la capacidad de las compañías para gestionar la deuda de forma eficaz.
Tratando de vislumbrar un horizonte temporal en el corto y medio plazo, las tasas de impago deberían mantenerse contenidas e incluso descender. Los datos corporativos certifican que las empresas están mostrando resultados y balances sostenibles, capaces de sortear todos los vientos en contra que han surgido en los últimos años (tipos de interés, aranceles, inflación). En consecuencia, las empresas no parecen enfrentarse a problemas particulares de liquidez que puedan generar tensiones y aumentar el número de impagos.
Exponiendo el segundo factor de apoyo a la clase de activos, en el actual contexto de crecimiento económico, los rendimientos todavía suponen oportunidades interesantes incluso en el contexto de un ciclo económico en curso.
Por último, cabe destacar otros aspectos técnicos que han permitido que esta clase de activos siga cautivando a los inversores. Analizando la naturaleza de los flujos se percibe como gran parte del capital proviene de fondos con vencimiento fijo, caracterizados típicamente por estrategias de inversión «Buy and Hold». Esto se traduce en una menor disponibilidad de emisiones en el mercado y, por tanto, en precios más elevados.
Todos estos factores han permitido que los mercados de crédito puedan florecer en 2025, marcando nuevas y positivas expectativas para los próximos años. El valor ofrecido por esta clase de activos en los distintos segmentos permite mantener una perspectiva eficiente de la inversión.