Los niveles de negociación de la deuda bancaria se han mantenido casi sin cambios en abril, tras haber recuperado las pérdidas posteriores a Credit Suisse. Con todo, siguen cotizando muy por encima de los niveles de febrero, antes de que se produjera la crisis bancaria regional en EE.UU., y la rentabilidad total del índice CoCo ha caído casi un 10% desde principios de marzo. La temporada de resultados de los bancos estadounidenses comenzó el pasado viernes y se mantendrá durante las próximas semanas a ambos lados del Atlántico, lo que, en nuestra opinión, podría servir de catalizador para que los diferenciales comiencen a recuperarse.
JP Morgan publicó el viernes sus resultados del primer trimestre, con un aumento de los beneficios del 52% en comparación con el primer trimestre del año anterior. El banco superó las estimaciones de ingresos en un 7% y también aumentó sus previsiones de margen de intereses para este año en un 9,5%, respecto a la última estimación realizada hace tan sólo unos meses. Por su parte, Citigroup registró tendencias similares, con impresionantes aumentos de los ingresos y del margen de intereses, mientras que el margen de intereses de Wells Fargo subió un 45% con respecto al año pasado por estas mismas fechas, beneficiándose enormemente de las subidas de 475 puntos básicos de la Reserva Federal en ese periodo.
En cuanto a los resultados de los bancos europeos, esperamos que se mantenga la tendencia de fuertes ingresos, beneficios e ingresos netos por intereses. De hecho, estos últimos deberían mejorar drásticamente para las entidades financieras del continente a lo largo de este año, ya que el Banco Central Europeo (BCE) inició su ciclo de subidas después de la Reserva Federal, y se espera que continúen más allá que sus homólogos estadounidenses.
Esta fortaleza en los fundamentales también se pone de manifiesto en las recientes actuaciones de las agencias de calificación. En el primer trimestre hemos observado subidas de calificación para entidades como Barclays, Commerzbank y NatWest y, en general, Moody's ha concedido dos subidas y media por cada rebaja en el sector financiero europeo en el primer trimestre (esto contrasta con lo que hemos visto en el sector empresarial en su conjunto, donde las bajadas de calificación han superado a las subidas).
Evidentemente, los depósitos siguen estando en el foco de atención de los inversores, pero nos ha animado el diálogo que hemos mantenido con bancos británicos y europeos, que se sienten cómodos con los niveles de liquidez y la actividad de depósitos que han registrado desde la crisis bancaria regional estadounidense. Además, hay indicios de que el Banco de Inglaterra está considerando la posibilidad de aumentar la cantidad cubierta por el sistema de garantía de depósitos del Reino Unido, lo que, en caso de hacerse realidad, consideramos que también sería un avance muy positivo.
En conjunto, teniendo en cuenta que la migración de las calificaciones crediticias y los fundamentales de las entidades financieras europeas siguen siendo muy favorables y que, sin embargo, sus bonos cotizan actualmente a niveles muy amplios en comparación con las medias históricas, consideramos que la próxima temporada de resultados puede ser un catalizador positivo que provoque una cierta normalización de los precios de los bonos. En nuestra opinión, el sector parece especialmente barato en estos momentos.