Las compras de valores chinos en 2023 se han incrementado por parte de los inversores extranjeros, ya que el repunte bursátil de varias semanas en la segunda economía mundial obliga a los gestores de fondos a abandonar posiciones bajistas.
Ya dejábamos de manifiesto esto la semana pasada, que tras la apertura de las fronteras publicamos la nota China: el segundo mercado bursátil más grande del mundo vuelve a ser el preferido, en la que déjamos un listado de fondos adecuados para aquellos que hubieran huído y que ahora quieran volver. . .
*Para mayor detalle de los fondos dirigirse a la nota anteriormente publicada
Según datos disponibles, en los nueve primeros días bursátiles del 2023, los inversores extranjeros compraron 64.000 millones de yuanes (9.500 millones de dólares) netos en acciones chinas a través del enlace comercial entre China continental y Hong Kong. Eso se compara con solo 90.000 millones de yuanes en compras netas para todo 2022, que fue la cifra más baja desde 2017.
Aunque muchos de los compradores extranjeros siguen preocupados por las perspectivas de China, ha decidido comenzar a aumentar posiciones tras el repunte que comenzó a principios de noviembre reduciendo su infraponderación, mientras que otros estan cerrando sus apuestas de "ventas en corto".
Según opinaba Jian Shi Cortesi, que gestiona 400 millones de dólares en dos fondos de GAM Investment, "yo no diría que el sentimiento de los inversores o su posicionamiento hayan vuelto a ser neutrales". Y añadió que todavía hay una "infraponderación bastante significativa en China", pero que "a medida que China empieza a funcionar, si estás infraponderado, estás sufriendo".
Un informde de Goldman Sachs del 9 de enero mostraba que las asignaciones a China en los fondos de inversión mundiales con 800.000 millones de dólares en activos se situaban 410 puntos básicos por debajo de sus índices de referencia.
Sin embargo, el pesimismo sobre la renta variable china alcanzó su punto álgido en octubre, cuando el Presidente Xi Jinping se aseguró un tercer mandato sin precedentes en el XX Congreso del Partido, considerando que en septiembre las participaciones de los inversores extranjeros en China cayeron por debajo del 4% de la capitalización bursátil total, según los últimos datos disponibles del Banco Popular de China.
Y el repentido cambio de las políticas de COVID 0 en diciembre, sorprendiendo a propios y extraños también han animado a los inversores, sin conocer a ciencia cierta que les motivó a ello, si fueron las revueltas sociales o priorizar su lángida economía, pero uncluso están poniendo fin a sus medidas represivas contra el sector nacional de Internet.
El CSI 300 de China ha subido un 16% desde que a finales de octubre tocara un mínimo de 3.541,33 en 2022, habendo caído casi un 40% hasta entonces. El índice Hang Seng de Hong Kong, que había perdido un 58% en el año hasta octubre, ha subido un 48% desde entonces.
Pero a lo anterior cabe agrear un cierto descongelamiento en el mercado de las OPV en Hong Kong, en que el desde finales de diciembre han sido sobresuscritas cuatro de las seis OPV de empresas continentales en Hong Kong -que en conjunto trataban de recaudar unos 2.000 millones de dólares de Hong Kong (260 millones de dólares).
Robert Buckland, estratega jefe de renta variable global en Citi Investment Research, comentó en un seminario web la semana pasada que sus clientes en Singapur estaban menos preocupados por que China se convirtiera en un mercado "no invertible", y afirmó que, aunque se muestra cauto sobre la economía china, "eso no significa que no podamos tener una especie de seis meses decentes para los activos chinos", y se describió a sí mismo como "sobreponderado" en China.
La cautela impera, y es así como los inversores que lean la nota deben actuar, ya que parece que esta primera etapa de cambio de tendencia del mercado chino está siendo liderada por inversores que han revertido sus apuestas bajistas, mientras que los inversores largo placistas están volviendo progresivamente.
Según el informe de análisis del grupo bancario ANZ señalaba la semana pasada que era poco probable que la reapertura animara a los consumidores con aversión al riesgo, que sufrieron la caída del sector inmobiliario durante las restrictivas políticas COVID de China, a gastar más de sus depósitos bancarios, que aumentaron en siete billones de yuanes en 2022.
En una conferencia la pasada semana con los especialistas de The Economist Intelligence Unit, Nick Marro, lead global trade, ducha acumulación de ahorra podría impulsar la recuperación del consumo, que será más evidente en el 2S23, especialmente en bienes no duraderos y semi duraderos, que verán una más rápida recuperación que los duraderos. Mientras que el sector servicios se beneficiará algo más rápida.
En esa conferencia se comentaba también el riesgo latente que implica Corea del Norte, que ha seguido probando misiles, especialmente en la segunda mitad de 2022, con lo que es un riesgo que el inversor debe tener presente dadas sus implicaciones especialmente para Asia.
Hemos conocido que la economía china creció el 3% en 2022, lo que supone uno de sus peores resultados anuales en décadas, ya que la política de cero COVID de Pekín y la vacilante demanda exterior golpearon a la segunda mayor economía del mundo. También cabe comentar que el crecimiento se aleja del anterior objetivo oficial del 5.5%, siendo la primera vez en la historia (del Partido Comunista Chino) que el PIB no alcanza el objetivo marcado.
Sin embargo, habrá que ver que pasa en el futuro ya que por otro lado, el principal organismo de planificación económica de China ha convocado a un grupo de comerciantes del mineral de hierro y les ha pedido que faciliten detalles de sus últimos negocios, con la finalidad de evitar una nueva inflación de las materias primas a medida que intentan que la economía se recupere. Los futuros del minera de hierro subieron casi un 60% desde finales de octubre hasta el viernes pasado, antes de desplomarse el lunes por temor a que las autoridades tomen medidas para sofocar el repunte.