Esto representa un cambio con respecto a 2024, durante el cual las acciones estadounidenses representaron más de la mitad del total de nuevos activos netos. En conjunto, los ETF UCITS europeos ganaron 33.500 millones de euros en febrero, lo que supone un aumento del 16% respecto a enero de 2025 y más del doble de los net new assets registrados en febrero de 2024. La renta variable siguió siendo la clase de activos preferida el mes pasado, sumando 24.300 millones de euros, mientras que la renta fija ganó 8.500 millones de euros.

Las entradas globales en ETF ascendieron a 148.900 millones de euros en febrero, con 92.600 millones de euros en renta variable y 50.000 millones de euros en renta fija. La estrategia global más rentable fue la de large blend (índices estadounidenses), que ganó 30.600 millones de euros el mes pasado. Los bonos ultracortos fueron el segundo producto más popular, con 13.800 millones de euros, lo que refleja la preocupación de los inversores por la inflación.
Renta variable: Europa al alza
La reasignación de la renta variable de los ETF UCITS europeos hacia Europa se vio impulsada por la preocupación de que las acciones estadounidenses parezcan sobrevaloradas junto con el nerviosismo de los inversores por el posible impacto de las políticas poco convencionales del presidente estadounidense Donald Trump.
La renta variable europea resultó ser la estrategia más popular del mes, con una asignación de 9.600 millones de euros que supuso casi un tercio de las entradas totales, seguida de los 6.900 millones de euros a índices globales.
Los ETF del sector financiero ganaron 1.700 millones de euros el mes pasado, mientras que las estrategias de tecnologías de la información sumaron 900 millones de euros a pesar de las dudas sobre su valoración. El sector industrial sumó 500 millones de euros, de los que unos 200 millones correspondieron a estrategias de materiales, ya que los inversores trataron de aprovechar el compromiso de la Unión Europea de impulsar la inversión en el sector de defensa.
Tras muchos meses de popularidad, los inversores retiraron 400 millones de euros de las estrategias de igual ponderación. Las estrategias de volatilidad mínima ganaron 400 millones de euros, una estrategia que se ha comportado bien en el mercado estadounidense en los últimos meses. Los inversores también asignaron 500 millones de euros a estrategias de renta.
Los inversores retiraron 3.200 millones de euros de las estrategias estadounidenses, mientras que añadieron 2.000 millones de euros a los índices europeos y 1.200 millones de euros a los globales. Este fuerte viraje fuera de las estrategias estadounidenses refleja la reasignación más amplia y también podría reflejar la preocupación por la antipatía de Trump hacia el ESG.
Renta fija: Los inversores prefieren la calidad
Los ETF UCITS europeos de renta fija ganaron 8.500 millones de euros, con los inversores favoreciendo los bonos corporativos con grado de inversión, añadiendo 3.400 millones de euros a esta clase de activos.
Los bonos del Tesoro atrajeron entradas por valor de 2.800 millones de euros y los índices de high yield también demostraron su popularidad, con entradas de 800 millones de euros el mes pasado. El apetito por este producto es más pronunciado en Estados Unidos que en Europa. La relativa popularidad de esta clase de activos de mayor riesgo podría reflejar su infravaloración con respecto a la deuda con investment grade.
En deuda pública, el interés de los inversores por la deuda denominada en euros y en dólares se repartió casi a partes iguales: la primera ganó 1.400 millones de euros y la segunda 1.100 millones.
Pero dentro de la deuda denominada en dólares estadounidenses, los inversores vendieron 100 millones de euros de bonos a largo plazo y compraron 900 millones de euros de deuda a corto plazo, reflejando las tendencias globales. Esto podría reflejar la preocupación de los inversores por el posible impacto inflacionista de los aranceles de Trump.
Los ETF ESG de renta fija sólo sumaron 400 millones de euros el mes pasado y los inversores asignaron 200 millones tanto a deuda pública como a crédito con investment grade.