El comercio internacional es uno de los pilares de la industria de la soja estadounidense. Más del 50% de la cosecha nacional de soja se exporta anualmente a los mercados mundiales, y el acceso continuo a esos mercados existentes, a los nuevos mercados y a los mercados internacionales de ayuda alimentaria es fundamental para mantener el éxito de los productores de soja estadounidenses.

Pero a pesar de los rifi rafes entre las autoridades norteaméricanas y chinas, China sigue siendo el mayor importador de soja del mundo y es el mayor mercado de exportación para la soja estadounidense. La soja estadounidense representa más del 35% de las importaciones de soja de China, y una de cada tres filas de frijoles cultivados en Estados Unidos se envía a China para satisfacer esa gran demanda.

Después de la devastadora guerra comercial de 2018, el acuerdo de la Fase Uno de China fue fundamental para proporcionar un alivio de los aranceles de represalia aplicados por China a las importaciones de soja de Estados Unidos en 2018, y ese indulto -aunque no es permanente- ha sido beneficioso para los productores de soja de Estados Unidos. Si bien el proceso de exención es funcional y dio lugar a niveles casi récord de exportaciones en el año 2020/21, el proceso de exención no está garantizado por China y podría cambiar en cualquier momento, dando lugar a niveles arancelarios elevados que volverían a afectar significativamente a las exportaciones estadounidenses.

Ante ello, según ha reportado Bloomberg recientemente, China ha aumentado sus importaciones de soja para satisfacer la creciente demanda antes de un período estacional de alto consumo. Las empresas chinas han reservado al menos 40 cargamentos de Estados Unidos, Brasil y Argentina, según personas familiarizadas con las transacciones. Las compras ayudarán a reconstruir las reservas antes de las fiestas chinas que van desde el otoño hasta el Año Nuevo Lunar. La mayoría de los cargamentos son para cargar en septiembre y octubre, pero algunos se han reservado para el próximo año. Según el Departamento de Agricultura de los EE.UU. al 31 de agosto la actividad de ventas de exportación a China fueron de 167 mil toneladas. El siguiente país importador de soja de los EE.UU. es México, pero muy por detrás del valor de las importaciones Chinas:

Pero no solo es la soja donde China es uno de los mayores mercados de exportaciones agrícolas de EE.UU., ya que según la web de la USDA, en maíz también otra de las mayores importaciones chinas, así como productos forestales, puerco y carne, algodón, entre otros. De ahí que la cuota de China en este tipo de exportaciones sea incluso superior al 50% (gráfico superior).

Lo anterior no deja de ser una clara evidencia de la interdependencia entre ambos países a pesar del ruido político que nos ocupa desde 2018 con los aranceles anunciados por Trump y recientemente alimentados por la visita de Pelosi a Taiwán.

Por otro lado, Estados Unidos parece haber aprendido lo que pueden implicar los cuellos de botella por los que atravesaron durante 2021 y parte de este 2022, con lo que todo indica a que el 70% de las ventas esperadas para la temporada de Navidad ya han llegado a los puerto americanos, especialmente a través de los Ángeles y en su mayor parte provenientes de China/Asia. La implicación de esto está siendo vía un brusco desplome de los costes de transporte de contenedores y una elevada sobre capacidad, además podría ayudar a reducir la presión sobre los precios:

Los datos de China siguen siendo débiles

A pesar de lo anterior y a pesar de que China hubiera hecho acopio de algunos cereales por anticipado, los datos de importaciones y exportaciones de china cayeron mucho más de lo previsto el mes pasado, al tiempo que la economía sigue estancada tras los cierres del Covid, la difícil situación del mercado inmobiliario, la ola de calor y la debilidad del yuan. Las medidas de apoyo al yuan pueden ralentizar el declive, pero no lo impiden, y ahora se vislumbra un nivel de 7 frente al dólar, que parece muy probable que se rompa. Esto supondría un gran golpe psicológico para la divisa, que las autoridades se tomarán en serio. 

Los vientos en contra de China pesan y son cada vez más fuertes a pesar de los esfuerzos por apuntalarla y los fondos de inversión se resienten. Entre los fondos de renta variable china, en lo que va del año únicamente el fondo Fidelity China Focus Fund se sitúa en terreno positivo, con una ganancia del 8,2% al cierre de agosto. Es un fondo 4 estrellas por Morningstar y un volumen de activos que roza los 3 mil millones de dólares.

El estilo de gestión es valor, y a pesar de que en 2019 y 2020 se fue a los últimos lugares del ranking, a largo plazo el fondo se hubica entre los primeros cuartiles. Solo cabe considerar que a partir del 30 de septiembre de 2022, la batuta de la gestión del fondo será de la mano de Nitin Bajaj, que remplazará a Jing Ning. Bajaj cuenta con 19 años de experiencia en inversiones, habiendo comenzado a gestionar en 2009 con fuerte foco en compañías de pequeña capitalización bursátil. La cartera esta formada por entre 60 a 90 posiciones, con un fuerte peso actualmente en sector financiero, consumo cíclico y servicios de comunicación. El active share es del 67,54%.

Por otro lado, la imagen cambia cuando hablamos de fondos de inversión de renta fina RMB local, ya que aquí son menos gestoras que ofrecen este producto y además las rentabilidades siguen siendo positivas en la mayoría de los casos. Hay tres fondos con rentabilidades superiores al 8% como lo son el de HSBC (+8,79%), seguido por el de BNP Paribas (+8,41%) y el de Gavekal (+8,29%), mientras que despues hay otros 3 con rentabilidades superiores al 7%, entre los que se encuentran el de la gestora Abrdn, UBS y Schroder: