Diversas tendencias están estimulando la innovación disruptiva en la economía global, creando oportunidades de inversión temática muy atractivas. Analizamos detenidamente algunas de estas tendencias, la amplitud del conjunto de oportunidades y los riesgos asociados. Nos centramos en el periodo de disrupción más importante en el sector del transporte en más de 100 años. Estas son nuestras principales conclusiones:
- Dos grandes tendencias están favoreciendo un vuelco en el sector del transporte: el auge de los vehículos eléctricos (VE) y el crecimiento de la tecnología de los vehículos relacionado con las mejoras en las baterías y la tecnología eléctrica, la adopción de sistemas avanzados de asistencia al conductor (ADAS) y una mayor conectividad que permita digitalizar las pantallas y el entretenimiento.
- Entre los factores que probablemente impulsen este tema se encuentran el coste total de los vehículos eléctricos en comparación con los vehículos de motor de combustión interna, el compromiso de los gobiernos con los objetivos de emisiones netas cero y una mayor selección de productos para los consumidores.
- Estas tendencias pueden generar atractivas oportunidades de inversión, posiblemente en algunos fabricantes de vehículos eléctricos, pero sobre todo en empresas de toda la cadena de suministro de baterías, fabricantes de componentes y proveedores de semiconductores y hardware para la tecnología de conectividad y conducción autónoma.
¿Qué impulsará esta temática?
Esperamos que esta revolución del transporte siga acelerándose, con la ayuda de cuatro catalizadores principales:
- Política: A medida que aumenta el número de países que se comprometen a lograr emisiones netas cero, muchos establecen objetivos agresivos para los VE. La Unión Europea (UE) aspira a que en 2030 circulen 30 millones de coches de emisiones cero, frente a los 1,4 millones de 2020. EE.UU. se ha fijado el objetivo de que los VE alcancen el 50% de las ventas de coches nuevos en 2030, con fuertes incentivos en la recientemente promulgada Ley de Reducción de la Inflación. China, por su parte, se ha fijado el objetivo de vender el 20% de sus vehículos nuevos en 2025, frente al 6% de 2020, aunque se calcula que su penetración ya es muy superior, cercana al 30%. Algunos países, como Canadá, Francia y Reino Unido, entre otros, también han fijado fechas para la prohibición de las ventas de turismos nuevos con motor de combustión interna, generalmente entre 2030 y 2040.
- Rendimiento: cada vez más consumidores reconocen que los vehículos eléctricos, con un centro de gravedad más bajo y una aceleración más rápida, funcionan mejor que los vehículos con motor de combustión interna. Los consumidores también valorarán las mejoras en las prestaciones tecnológicas, como pantallas más grandes que ofrezcan mejor conectividad, funciones de navegación y entretenimiento. A medida que las tecnológicas maduren, los requisitos normativos para aumentar la seguridad podrían ayudar a impulsar la adopción de ADAS (Sistemas de Ayuda a la Conducción), como el frenado automático de emergencia, que se ha incluido en los programas de evaluación de seguridad para automóviles nuevos en Japón y Europa desde 2014. Estas tecnologías afectarán a los vehículos de combustión interna, no solo a los eléctricos.
- Precios: Con el tiempo, los conductores de vehículos de combustión interna tendrán que hacer frente a costes más elevados debido a unas normas de emisiones más estrictas, mientras que los conductores de VE verán cómo los costes disminuyen con el aumento de la escala y los avances tecnológicos, y esto antes de tener en cuenta cualquier subvención gubernamental. Aunque habrá variaciones según el país, en general se espera que los VE alcancen la paridad de costes con los vehículos de combustión interna en 2025, e incluso antes en algunos mercados. Sin embargo, esta métrica tiene sus limitaciones y creemos que una herramienta más valiosa para comparar los dos tipos de vehículos es el coste total de propiedad (CTP). Éste incorpora el precio del vehículo, pero también el coste de mantenimiento, combustible y otros factores. Sobre la base del coste total de propiedad, los VE ya están en igualdad de condiciones a precios más elevados. Esto significa también que los valores residuales de los VE deberían ser más elevados que los de sus homólogos con motor de combustión interna.
- Productos: Las mejoras en la oferta de productos deberían ayudar a impulsar la adopción por parte de los consumidores. Los fabricantes de automóviles se están centrando en reducir progresivamente la producción de vehículos de combustión interna e introducir una gran cantidad de nuevos modelos de VE. Entre 2018 y 2021, el número de modelos de VE se duplicó con creces hasta superar los 450 en todo el mundo (Figura 3), y el mercado sigue expandiéndose a un ritmo rápido.
Oportunidades y riesgos de inversión
Creemos que la creciente penetración en el mercado de los vehículos eléctricos y las nuevas tecnologías automovilísticas presenta oportunidades de crecimiento para una amplia gama de industrias y empresas:
- Energía: Empresas de toda la cadena de suministro de baterías, desde compañías mineras hasta fabricantes de equipos originales de baterías.
- ADAS y tecnología autónoma: fabricantes de semiconductores, sensores, software y hardware que permiten una conducción más segura y, con el tiempo, autónoma.
- Conectividad: empresas que suministran los semiconductores, el software y el hardware necesarios para la interfaz hombre-máquina en los vehículos eléctricos (cabinas inteligentes, pantallas, etc.).
- Electrificación: componentes clave para la producción de vehículos eléctricos, como la cadena de suministro de motores (equipos de bobinado, rodamientos, fabricantes de motores).