Tal y como ha explicado Matt Christensen, en los últimos 20 años la inversión sostenible no ha parado de crecer a pesar de encontrarse con fuertes olas de rechazo en determinados momentos, como la crisis financiera global primero o la crisis derivada de la pandemia, después. “He estado 20 años en la industria y cuando comencé ningún gestor quería hablar de esto”, ha recordado el director global de Inversión Sostenible de Allianz GI, pero “sigue avanzando y cada generación está más interesada que la anterior”.
Allianz GI entiende la inversión sostenible mucho más allá de lo que es la lucha contra el cambio climático. Si bien este es uno de los enfoques tratados, incluyendo la eficiencia energética y la reducción de carbón, se encontrarían también lo que denomina ‘planetary boundaries’, que englobaría la parte ambiental y también la social (agricultura sostenible, biodiversidad, aguas limpias…), y el capitalismo inclusivo.
Actualmente un 61% de los activos bajo gestión de los fondos de Allianz GI son sostenibles, y la gestora tiene el objetivo de alcanzar un 70%. Un ejemplo es el Allianz Global Sustainibility Fund, fondo de dilatada experiencia con 2.600 millones de euros de activos bajo gestión, y que invierte en valores como Microsoft, Unitedhealth, Visa, Intuit y Medtronic.
Para 2023, se prevé que el universo global de fondos sostenibles alcance los 13,7 billones de dólares, frente a los 2,5 billones de 2022.
La Unión Europea está liderando este impulso, y aunque “hay mucho ruido regulatorio” después de que durante bastantes años la industria creciese por delante de la legislación, “al final de esta etapa van a estar las cosas más claras”. “Estamos en unos años no fáciles para crear un sistema más limpio para 2030”, ha explicado Christensen. “Los clientes van a estar interesados en productos, sabiendo cuál es el perfil de riesgo, el retorno y el impacto”.
Mientras, en Asia y EEUU el proceso crece de manera más lenta, aunque sostenida. Más en concreto, “EEUU es un país de extremos y de semánticas”, por lo que el ‘antiwokismo’ ha llevado a descartar etiquetas como el ESG y preferir “seguridad energética”, pero el proceso de descarbonización sigue adelante. En ese sentido, Christensen no ve diferencias si gana Donald Trump o gana Joe Biden en las próximas elecciones presidenciales. “Los temas fundamentales avanzan sin ruido”.
Entre los riesgos que sí ve el experto de Allianz que pueden hacer descarrilar este proceso se encuentra la inestabilidad geopolítica mundial. Si se ampliase el conflicto de Ucrania o si hay un conflicto entre Taiwán y China, por ejemplo. Más allá de este tipo de eventos, la inversión sostenible se va a asentar y “la única pregunta es cuándo”.
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