Después de que la Fed mantuviera el pasado miércoles los tipos de interés constantes y destacara una perspectiva muy incierta con riesgos al alza para la inflación y el desempleo y a la baja para el crecimiento, Ronald Temple, estratega jefe de mercados de Lazard, no espera bajadas en el precio oficial del dinero estadounidense en 2025. “El aumento de los aranceles se traduce en una mayor inflación que impide a la Fed recortar los tipos incluso cuando el crecimiento del PIB se ralentiza y el desempleo aumenta. En los últimos cuatro años, la Fed ha indicado repetidamente que la estabilidad de precios es una condición previa para lograr el máximo empleo, dando prioridad de hecho a la inflación sobre el empleo. Como resultado, espero que la Fed se vea limitada si la inflación aumenta debido a los aranceles”, explica.
Los datos de ventas minoristas de EEUU fueron neutros: más débiles de lo esperado a nivel general y mejores para el grupo de control. Pero Ronald Temple contempla un creciente deterioro en el futuro, ya que “la ansiedad” de los consumidores con respecto a la inflación y a nuevos aumentos de aranceles probablemente afectará al gasto discrecional. De hecho, el gasto en restaurantes destacó en el informe por su debilidad, con un descenso del 1,5%. En los últimos tres meses, esta partida ha disminuido a una tasa anualizada del 8,5%, “lo que me sugiere que el ajuste del cinturón por parte de los consumidores está empezando a afectar a una de las partes más discrecionales del gasto”, comenta.
Europa
La aprobación en Alemania de la ley para reformar el freno constitucional a la deuda podría ser un momento decisivo no solo para Alemania, sino también para Europa en su conjunto. “La construcción de un complejo militar-industrial en Europa llevará tiempo, pero los beneficios de estas reformas podrían notarse en unos meses, a medida que las fábricas de automóviles infrautilizadas se conviertan en fábricas de municiones y los gobiernos empiecen a firmar contratos de adquisición a largo plazo para las armas producidas en Europa. A más largo plazo, destacaría los beneficios secundarios del gasto militar, como la innovación tecnológica, que puede acelerar el crecimiento del sector privado”, argumenta.
El Banco de Inglaterra (BoE) cumplió con las expectativas al no tocar los tipos de interés y mantener la orientación de un “enfoque gradual y cuidadoso” de la flexibilización de la política monetaria. Los mercados prevén ahora dos recortes de los tipos británicos de 25 pb hasta finales de año, pero Temple “sospecha” que el BoE acabará aplicando más de dos bajadas a medida que la guerra comercial de EEUU se intensifique y frene el crecimiento mundial. “Además de la volatilidad de la política comercial mundial, es probable que el Reino Unido también se enfrente a un ajuste fiscal moderado cuando el gobierno publique la Declaración de Primavera. Cualquier reducción significativa del gasto público podría dar un impulso a la flexibilización del BoE”, sostiene.
Asia
De la reunión del Banco de Japón (BoJ) celebrada la semana pasada, que se saldó sin movimientos en los tipos de interés tal como se preveía, el estratega de Lazard destaca la ausencia de urgencia en subir los tipos y la referencia del gobernador del organismo, Kazuo Ueda, a que no ve la necesidad de intervenir en el mercado bonos del Estado japonés para tratar de limitar el repunte de los rendimientos a largo plazo, ya que el movimiento era de esperar dados los acontecimientos del mercado mundial de bonos y la normalización de la política monetaria en el país.
El IPC general y el subyacente de Japón superaron ligeramente las expectativas, impulsados por la subida de los precios del arroz, que deberían remitir a medida que la oferta de este producto se recupere hasta niveles más usuales. Aún así, Temple sigue creyendo que el país nipón se encuentra en “un proceso de normalización de varios años” que, combinado con normas de gobierno corporativo más estrictas y un código de adquisiciones más favorable para los accionistas, debería conducir a resultados positivos en el mercado de valores.
Por otro lado, la producción industrial, la inversión en activos fijos y las ventas minoristas de China fueron superiores a lo esperado en enero y febrero. “Es alentador pero los inversores deben tener cuidado de no ser demasiado optimistas, ya que la producción industrial se ha beneficiado de la concentración de las exportaciones para evitar los aranceles”, advierte. Dado el nivel aún insuficiente de estímulo fiscal ofrecido por el gobierno central en medio de la actual crisis inmobiliaria en China, el experto espera un crecimiento lento durante el primer semestre, y medidas de estímulo adicionales en el segundo a medida que Pekín se esfuerza por lograr un crecimiento del PIB real del 5%”.
Foco en la inflación
Varios datos de inflación acapararán la atención esta semana. El IPC de Reino Unido de febrero abrirá el baile el miércoles. La opinión general es que la inflación general, subyacente y de servicios se desacelerará con respecto a enero en términos interanuales, pero para el BoE la inflación de los servicios será importante, ya que sigue muy por encima de los niveles compatibles con un IPC subyacente sostenido del 2%, remarca.
El viernes será el turno de las lecturas preliminares de inflación armonizada de Francia y España de marzo. Las previsiones apuntan a un aumento del 1,1% interanual en marzo frente al 0,9% de febrero en el país galo, y una desaceleración del IPC español hasta el 2,6 % interanual desde el 2,9 % de febrero. Temple prevé que la trayectoria descendente de los precios se mantenga hasta 2025 en la zona euro. Y considera que la desaceleración de la inflación en curso, combinada con los efectos negativos de los aranceles impuestos por EEUU contra las exportaciones europeas, probablemente lleve al BCE a recortar los tipos de interés de forma más agresiva de lo que esperan actualmente los mercados (50 pb adicionales para finales de año).
Y el mismo día se publicará la inflación del gasto en consumo personal (PCE, por sus siglas en inglés) de EEUU, en la que el experto de Lazard considera poco probable que se produzcan sorpresas importantes. Se espera un aumento general del 0,3 % intermensual y del 2,5% interanual, y que la inflación subyacente del PCE se haya incrementado un 0,3% intermensual y un 2,7% interanual, así como un repunte del 0,4% en los ingresos personales (frente al 0,9% de enero) y del 0,5% en el gasto personal (frente al -0,2% de enero).