Las turbulencias provocadas por el sentimiento en Asia, en contexto

A pesar de las dificultades que han experimentado en lo que llevamos de año los mercados de muchas economías asiáticas, a lo que se suma el lastre de las noticias que han surgido en algunas áreas, creemos que los fundamentales prevalecen y que esta volatilidad hace aparecer oportunidades para los inversores.

En China/Hong Kong, las inquietudes en torno al empleo y los precios inmobiliarios lastraron la confianza de los consumidores y las empresas. Este hecho repercutió en los beneficios y provocó una compresión de los múltiplos en áreas como el consumo y la atención sanitaria. Ante la incertidumbre económica, los inversores han dado preferencia a los valores defensivos, como los bancos, la energía y las empresas de servicios públicos, llevados por los beneficios predecibles, los flujos de efectivo y los mayores repartos de dividendos, a pesar de sus peores perspectivas de crecimiento de los beneficios. Las entidades financieras estatales de China también han actuado en ocasiones para estabilizar el mercado, lo que favorece a estas empresas debido a su mayor capitalización bursátil.

Las rentabilidades bursátiles de China desde comienzos de año hasta agosto de 2024 proceden principalmente de las revisiones al alza de las valoraciones, no del crecimiento de los beneficios

Las rentabilidades pasadas no son un indicador fiable de las rentabilidades futuras.

Más allá de China, el sentimiento ha sido más positivo en diversos ámbitos, sobre todo en las temáticas relacionadas con la tecnología y la India. En un plano más general, los ciclos anteriores del mercado indican que el sentimiento a menudo puede llevar las valoraciones más allá de lo que puede justificarse razonablemente con los fundamentales, dejándolas expuestas a una corrección. A principios de agosto de este año, asistimos a una de estas correcciones, motivada por una confluencia de expectativas cambiantes sobre el crecimiento económico, los tipos de interés y la vuelta a la realidad de las expectativas desmesuradas en torno a los beneficios de los titanes tecnológicos estadounidenses.

A pesar de la recuperación que se produjo inmediatamente después, la corrección vino a recordar a los inversores de todo el mundo algunas “verdades”: en primer lugar, que hay más margen para la decepción en las áreas donde las expectativas son altas (y que han sobresalido este año), por ejemplo en tecnología, EE.UU. y Japón; y, en segundo lugar, que la oleada de ventas, aunque ordenada, fue rápida y sustancial, lo que puso de manifiesto los riesgos de concentración inherentes y, posiblemente, la capacidad que tiene para mover rápidamente los mercados lo que actualmente es un porcentaje mucho mayor de negociación programática a gran escala e insensible a los fundamentales en los mercados cotizados, donde se engloba el ajuste de las carteras de los ETFs y la negociación sistemática basada en el momento.

En Asia, la presión vendedora fue desigual. Se notó más en Japón, Corea y Taiwán, por ejemplo (estos dos últimos, debido a la tecnología). China, donde las valoraciones de las acciones son ya muy bajas (con ratios PER en torno a 9 veces a finales de agosto de 2024, significativamente inferiores a los PER en torno a 21,6 veces de las acciones estadounidenses en la misma fecha), ofrecía y sigue ofreciendo un mayor colchón contra el riesgo de caída de los precios.

PER previsto a 12 meses: MSCI USA frente a MSCI China (agosto 2015 - agosto 2024)

Las rentabilidades pasadas no son un indicador fiable de las rentabilidades futuras.

Ir más allá del ruido a corto plazo para apreciar el crecimiento estructural, junto con una ventaja basada en los fundamentales

El cambio es una constante cuando se trata de invertir en Asia. Décadas de experiencia invirtiendo en toda la región nos han demostrado lo importante que es centrarse en los motores estructurales del crecimiento a largo plazo, junto con los fundamentales de las empresas capaces de formar parte de estas temáticas.

En los diversos mercados de la región, como la India, Taiwán, Corea del Sur y China, los continuos cambios estructurales en la demografía (sobre todo, una creciente clase media), junto con el aumento de los niveles de comercio dentro de Asia y la competitividad internacional, siguen impulsando el crecimiento en una serie de sectores como el tecnológico, el de consumo, el automovilístico y el financiero.

En cuanto a la competitividad internacional, la región también se encuentra en el epicentro de tres megatendencias que transformarán la economía mundial durante décadas.

  • En lo que respecta a la transición energética, las limitaciones de capacidad de las redes energéticas a nivel mundial, unidas a la demanda mundial de energía limpia, junto con los centros de datos de alto consumo energético que sostienen el crecimiento de la IA, están creando oportunidades en el plano de la oferta para los grupos industriales de Asia-Pacífico, por ejemplo, Huaming Power.
  • En materia de IA, Asia no sólo ha desarrollado capacidades competitivas a escala mundial, sino que cuenta con un sólido historial en el uso de las tecnologías en aplicaciones comercialmente viables; además, las mejoras de la automatización podrían aumentar la productividad en los grandes centros de fabricación de la región. Entre las empresas asiáticas que participan en la cadena de suministro de la IA figuran algunas como Hon Hai Precision, proveedor líder mundial de servicios de fabricación de electrónica que cuenta con Apple entre sus principales clientes; Yageo, fabricante de componentes electrónicos con sede en Taiwán que ofrece una amplia gama de condensadores cerámicos multicapa; y Samsung Electronics, líder mundial en chips de memoria, terminales móviles, paneles de visualización y productos de electrónica de consumo.
  • En el plano de las cadenas de suministro, la estrategia “China + 1” (deslocalización cercana de la producción fuera de China) está generando oportunidades en toda ASEAN, aprovechando el “dividendo demográfico” derivado del aumento de la población en edad de trabajar en los países de renta baja. Las grandes empresas chinas tienen un papel que desempeñar aquí, encabezando el establecimiento de centros de producción fuera de China, incluso en industrias en desarrollo. Algunos ejemplos son Shenzhou Int'l, un fabricante chino integrado verticalmente de ropa deportiva, ropa informal y ropa interior con capacidad de fabricación tanto en China continental como en el extranjero; y BYD, uno de los mayores fabricantes de vehículos eléctricos del mundo, que posee un centro de suministro de vehículos eléctricos en Tailandia que cubre la demanda de vehículos eléctricos de ASEAN con ventajas arancelarias por producir en fábricas locales.

Al superponer las perspectivas basadas en los fundamentales a los matices de estas tendencias, incluida la búsqueda de beneficiarios menos conocidos más allá de los ganadores obvios, creemos que podemos identificar áreas con oportunidades de crecimiento a largo plazo que se pasan por alto o se infravaloran.

Superar el flujo de noticias genéricas y el sentimiento a corto plazo para construir bases más sólidas sobre las que asentar carteras de alta convicción requiere mucho trabajo. Existen considerables matices entre los mercados internos y dentro de la región y, como ocurre con los mercados en todo el mundo, una dispersión importante entre ganadores y perdedores. La clave del éxito es un análisis profundo, ascendente y basado en los fundamentales, que observe en tiempo real los cambios sobre el terreno a medida que surgen nuevos líderes, florece la innovación y las empresas individuales apuntalan una ventaja competitiva. Para ello, se requiere paciencia y equipos de analistas excelentes sobre el terreno que comprendan el ADN de las empresas que cubren, mantengan relaciones duraderas con ellas y aprecien los matices de las dinámicas y las tendencias de los mercados regionales.

Un conjunto diferente y diversificado de fundamentales macroeconómicos y motores de rentabilidad en toda Asia

En términos más generales, los ciclos económicos de Asia están cada vez más desincronizados de los mercados desarrollados occidentales. Asia menos Japón, y en especial China, sigue enfrentándose a una inflación más baja y menos persistente y a una menor presión derivada de los tipos de interés “más altos durante más tiempo” que los mercados desarrollados occidentales.

Las balanzas comerciales también están cambiando y el crecimiento de Asia se verá impulsado cada vez más por el comercio dentro del continente y en el Sur Global. Por ejemplo, los datos de 2023 de la Dirección de Comercio del FMI sitúan la cuota de las exportaciones de los mercados emergentes a los desarrollados en 2023 en torno al 45% del total de las exportaciones, frente a alrededor del 25% en la década de 2000. Más concretamente, la cuota de exportaciones de China a los países del G7 está disminuyendo (de una cuota cercana al 50% en la década de 2000 a menos del 30% en la actualidad), mientras que sus exportaciones a los países no pertenecientes al G7, especialmente en el Sur Global, están aumentando significativamente.

Porcentaje de las exportaciones de los países emergentes a los desarrollados (2000-2023)

Esta diversificación y desincronización son características que actualmente cotizan en Bolsa con atractivas valoraciones absolutas y relativas. Los factores macroeconómicos que influyen en los mercados son una de las razones por las que los mercados asiáticos ofrecen ventajas de diversificación frente a los desarrollados, especialmente en un momento en que muchas carteras de inversión destinan un porcentaje mayor a la renta variable estadounidense.

Políticas específicas y refuerzo del discurso en torno a la renta variable asiática con reparto de dividendo

Esto no quiere decir que la región esté libre de desafíos, pero los responsables políticos están interviniendo con medidas de estabilización controladas, sobre todo en el sector inmobiliario chino. Aunque los mercados se encuentran ansiosos por ver más estímulos en este sector en concreto, creemos que el enfoque tangible y mesurado que se ha adoptado y el reconocimiento de que se trata de un imperativo estratégico han empezado a disipar algunos de los interrogantes en este ámbito.

También hemos asistido a un refuerzo de las políticas regionales tendentes a elevar las rentabilidades por flujos de rentas. Los reguladores chinos han redoblado sus esfuerzos para obligar a las empresas nacionales a pagar mayores dividendos o a recomprar más acciones en un intento de hacerlas más atractivas para los inversores.

En Japón, las reformas del gobierno corporativo impulsadas por el difunto primer ministro Shinzo Abe han cobrado fuerza. En Corea del Sur, el gobierno presentó a principios de año un “Programa de revalorización de las empresas” para reducir el denominado “descuento de Corea” con el objetivo de incentivar a las empresas a dar prioridad a la rentabilidad para el accionista. Se espera que las recientes elecciones en la India e Indonesia den continuidad a las políticas de apoyo.

Asia ofrece diversificación, rentas a largo plazo y potencial de crecimiento

El panorama está cambiando, pero los argumentos generales de inversión en Asia siguen apoyándose en tendencias estructurales, a lo que se suman la ambición y el respaldo de los gobiernos para que las empresas y los mercados asiáticos sean considerados de primer nivel mundial. 

La distancia con la realidad de estos mercados a veces puede hacer que parezcan más complejos a ojos de los inversores internacionales y, en consecuencia, que las decisiones de asignación de activos parezcan más difíciles. Por ello, existe el riesgo de que los flujos de noticias genéricas, las intervenciones políticas específicas o los factores macroeconómicos -como los recrudecimientos periódicos de las tensiones geopolíticas- determinen el sentimiento general. 

Aunque estos factores siempre merecen una cuidadosa consideración y una contextualización local, creemos que a menudo tienen una influencia limitada en las perspectivas de beneficios a largo plazo de una empresa. Más bien al contrario: a largo plazo, las empresas de éxito consolidarán sus posiciones a pesar de todo, basándose en los fundamentales, incluido el posicionamiento competitivo en el mercado, una fuerte generación de flujo de efectivo disponible y una dirección competente. Creemos que el trabajo sobre el terreno y un análisis diligente basado en los fundamentales son la clave para ver a través del ruido e identificar estas empresas a largo plazo. 

Mientras los inversores reflexionan sobre la forma y las ponderaciones de sus carteras después de que el tercer trimestre sirviera de oportuno recordatorio de que la inversión movida por el sentimiento es episódica, creemos que la próxima fase de desarrollo de Asia puede ofrecer a los inversores internacionales un atractivo potencial de crecimiento y rentas a largo plazo a valoraciones muy interesantes, junto con una valiosa diversificación.