La dependencia de los datos que presenta la Reserva Federal podría crear incertidumbre, lo que llevaría a los inversores a mantener la flexibilidad de sus carteras e invertir de manera selectiva.
A pesar de la volatilidad, lo más probable es que el rendimiento de los títulos del Tesoro estadounidense se mantenga en un rango estrecho, en un entorno de solidez de la economía y déficit elevado, que se vería neutralizado por los posibles recortes de tipos de la Reserva Federal. Esta estabilidad podría llegar a su fin en el caso de que una fuerte desaceleración económica llevara a la Reserva Federal a efectuar recortes más acusados de lo esperado o, por el contrario, si se produjera un fuerte aumento de la inflación que obligara a la entidad a volver a subir los tipos.
Parece bastante probable que el número final de recortes de tipos de interés este año sea inferior al que la Reserva Federal anticipaba en el mes de marzo. No obstante, hay un amplio margen para las subidas de tipos, por lo que hay un límite para el aumento de los rendimientos, mientras que hay mucho margen para que estos bajen si la economía pasa por un mal momento.
En el segmento de los tipos de interés, muchos de los miembros del equipo de renta fija muestran su convicción por un posicionamiento a favor del aumento de la pendiente de la curva de tipos, es decir, un escenario en el que el rendimiento de los títulos del Tesoro a largo plazo aumenta en mayor medida, o cae menos, que el de los títulos a corto plazo.
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